Opinión

Críticas de taberna, pero votos para los de siempre

Lo que sucede con los comportamientos electorales de nosotros, los españoles, a veces se presenta con dosis cierta de incoherencia, cuando menos aparente. Vamos a ver: durante los tres últimos años era imposible asistir a reunión, tertulia, cena o cualquier otro encuentro con personas de cualquier clase o condición sin que un común denominador presidiera los comentarios, que no era otro que la critica acerba al gobierno, acompañada de una descalificación de la oposición. Vamos, que tanto el PP como el PSOE recibían un suspenso rotundo, el primero por su gestión de gobierno y el segundo por su labor de oposición. No entro ahora ni salgo de si esas descalificaciones resultan merecidas o no. Ese es otro asunto. El caso es que se producían.
Desde el plano de la crítica a esos dos partidos se dio un salto cualitativo, y el centro de los ataques se llevó al Sistema en su conjunto, entendido este, aún de modo intuitivo o primario, como modelo de ejercicio del poder en nuestro país. De esta manera la clase política se fue configurando como ese conjunto de personas que viven de, por y para el poder, y su distanciamiento con la sociedad civil se agrandó hasta extremos insospechados. En una generalización excesiva y por ello parcialmente injusta, a la clase política se la hizo sinónimo de corrupción y abuso.
Los análisis del CIS evidencian esta realidad. El principal problema de España es el paro y la situación económica, seguidos de la clase política y los partidos políticos. Por eso las encuestas de ese centro muestran que una inmensa mayoría de españoles consideran que la situación política en España es mala, y que, encima, no creen que vaya a cambiar a mejor significativamente. Si a todo esto le añadimos una desastrosa situación económica en la que muchos millones de españoles carecen de trabajo , muchas familias pasan penurias y con un umbral de pobreza ciertamente deteriorado, deberíamos tener un caldo de cultivo en el que inevitablemente fermentaría una explosión social. Por cierto, los análisis atrológicos mas reconocidos, indican que ese estallido se puede producir. Pero dejando de lado ese arte de la Astrología, lo cierto y verdad es que no solo no se vislumbra en el horizonte ese estallido sino que, mas bien, parece consolidarse una situación totalmente inmune a las criticas y descalificaciones de fondo.
Vamos a las encuestas de las elecciones europeas. A los españoles eso de Europa les importa lo justo. Existe una conciencia de que pase lo que pase va a seguir mandando Alemania. Es evidente de toda evidencia que la distancia norte/sur en el seno de Europa se ha agravado. Por tanto, estas y otras consideraciones similares, deberían de llevar a la conclusión de que votar en esta llamada electoral es sencillamente inútil. Pues bien, parece que la abstención va a ser elevada, pero no mucho mas que en la última de las convocatorias, la de 2009, en la que votaron el 45% de los españoles. Si ahora nos mantenemos mas o menos en esa cifra, poco o nada habrá cambiado.
Sigamos. De la descalificación general de la clase política debería derivarse un rechazo a los dos grandes partidos y un voto masivo en favor de opciones políticas mas descontaminadas, por decirlo de algún modo. Esta idea es la que propició la aparición de nuevas formaciones y en concreto la presencia de Vox y Ciudadanos  en esta contienda electoral. Pues bien, esas mismas encuestas dicen que  el PP y el PSOE perderán votos, pero en cualquier caso seguirán dominando la escena política. Y con el añadido de que en estas elecciones se va a hablar en campaña muy poco de Europa centrándose en los grandes problemas domésticos españoles. Por eso se empeñan en contarnos la recuperación económica, el descenso del paro y demás cuestiones internas. A estos efectos me da igual, porque es irrelevante, que el PP tenga dos o tres escaños mas que el PSOE o viceversa. Todo se va a leer en clave de victoria o derrota interna, española, para entendernos.
Y del lado de los otros partidos las cosas mas o menos igual, según esas encuestas. Sube algo UPYD que es parte del Sistema y mejora IU debido al descenso del PSOE. Pero, vamos, todo mas o menos lo mismo porque es irrelevante incrementar tres o cuatro diputados europeos, salvo para ellos, claro, porque los emolumentos y ventajas son importantes, 
Y para remate parece que Ciudadanos podría tener un escaño debido a su presencia en Cataluña y VOX, -el PP desgajado–, o uno o ninguno. Así que mucha protesta, descalificación, acusaciones de corrupción, de incompetencia y demás atributos, pero a la hora de la verdad a seguir comulgando con las mismas ruedas de molino. La misma denostada clase política, los mismos criticados partidos, el mismo reparto de votos, la misma estructura de poder, el mismo Sistema.  Y eso a pesar de la crisis de todo orden que nos asola
¿Que pasa? Pues que si eso llega a suceder tendremos que asumir que lo nuestro es la crítica de taberna o tertulia, el insulto en alta voz, pero a la hora de votar parece que somos gregarios de ese Sistema que tanto nos gusta criticar.

Te puede interesar