Opinión

Acciones

Acción viene a ser el efecto a la influencia producida por la actividad de una persona o cosa en otra. También puede indicar combate. Se refiere, en ocasiones, a la posibilidad o libertad de actuar. Hablan de acciones de bolsa. Moralmente, las acciones pueden ser buenas, malas, feas, bajas, indignas, innobles, laudables, censurables, nobles…
La hiperactividad es una de las características de nuestro ambiente actual. Nos movemos, a veces, hasta sumergirnos en un activismo agotador. Los que aflojan el ritmo, se quedan fuera o corren peligro de ser triturados. ¿Vivimos a gusto de esta manera?
La acción nos identifica. Surgen problemas cuando el sujeto se diluye en lo indefinido o la acción pierde su indispensable perfil. Con lo cual nos vemos tentados a eludir responsabilidades agazapados en la masa. El sujeto de la verdadera acción es personal y la acción califica a la persona que la realiza.
¿Qué pretendemos con nuestras acciones?  Quizá no lo pensamos demasiado; o no lo sabemos muy bien; o participamos en lo que otros hacen sin complicarnos más la vida. Pero si no somos conscientes de lo que se busca, podemos encontrarnos con la sorpresa desagradable de colaborar con lo que no queremos.
¿Vale todo? No se dice así de claro, pero es demasiado frecuente esta praxis. Pretextamos libertades, y abrimos todas las puertas. Hablamos de derechos inalienables, y prescindimos de los demás. Justificamos eficacias, y no reparamos en arrollar a las personas. En la práctica, defendemos muchas veces un principio insostenible: el fin justifica los medios.

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