Opinión

Sueños de ciudad

En los 90 las únicas ciudades españolas que contaban con metro eran Barcelona, Madrid, Bilbao y Valencia. Entonces surgió la idea de su extensión por urbes medias, entre ellas Vigo, que se situó a la cabeza con un proyecto ambicioso y quizá realizable entonces. Digamos que se planteaba una idea modesta: un tranvía moderno con un carril elevado y acotado en las calles que haría más rápida la comunicación interna, con frecuencias tasadas y velocidad ajustada. No era un experimento: se había implantado ya en Francia con cierto éxito. Aquel proyecto logró apoyo político pero tropezó con cierta incomprensión y con las cuestas. Lo que vino después es conocido: tres propuestas más, una tras otra, cada cual más ambiciosa y por tanto, menos viable hasta su ¿definitiva? liquidación. Vigo bien podría disponer de un sistema de transporte eficiente por superficie como ya dispone Oporto, que tiene una población inferior a la Muy Leal aunque lidera un área metropolitana más poblada.  Quizá la clave resida en ir paso a paso. Barcelona apenas tenías 350.000 habitantes cuando comenzó a trazar sus primeras líneas, subterráneas y por tanto mucho más costosas. Para dar la vuelta al mundo, hay que dar un primer paso, y en Vigo todavía no se ha hecho.
Y hablando de área metropolitana, recordar que el organismo vigués sigue ahí, a la espera de su puesta en marcha, con una ley aprobada que declara a Vigo capital.

Te puede interesar