Opinión

Mejores en Balaídos

El Celta de Giráldez no se ha quitado de encima el gafe local del Celta de Benítez, de nuevo con palos y goles increíblemente anulados, probablemente más que los que han subido al marcador. Aunque la imagen ya es otra, todavía queda mucho que remar para acabar bien la temporada, lo que se resume en lograr la permanencia antes del último partido. 

Pero no era de eso de lo que quería hablar sino de lo distinto que resulta hoy el ambiente en Balaidos, que como el juego, también ha mejorado y mucho. Como pasa en los demás estadios, han quedado desterradas las barbaridades que no hace tanto se cantaban en las gradas, que comenzaban con el portero local, seguían con el árbitro y culminaban con las estrellas rivales, donde no faltaba una oleada de insultos racistas. Todo se daba por bueno entonces -y nos lo creíamos- como una forma de poner nervioso al contrario. Visto ahora, el resultado era deprimente. Un partido Celta-Coruña de finales de siglo, con Mostovoi y Djalminha picados, acabaría ahora en el juzgado. Y con razón. 

Como todo ello ha quedado desterrado a fuerza de sanciones y advertencias de cierres, al fin se puede respirar en Balaidos y e ir con un niño pequeño sin temor. Y esa es la mejor noticia mientras no llegan los resultados deportivos. Para completar el cambio de imagen y estar todos tranquilos y sufriendo, solo resta que los muchachos del fondo de animación se dediquen a ello -lo hacen muy bien- y se abstengan de endosar a la fuerza al resto de aficionados un mitin político aderezado con estreladas. Todos saldremos ganando, como con el fin del anterior modelo futbolístico, que solo valía la pena aguantar ganando mucho y no era el caso. Ya solo faltaría completar el nuevo Balaídos. Esa es otra historia y parece interminable.

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