Opinión

Galicia tras Tezanos


Vamos a hacer historia reciente. Casi dos meses después de las elecciones, Alfonso Rueda fue proclamado presidente de la Xunta, reelegido por el Parlamento tras haber logrado la mayoría absoluta que todas las encuestas pronosticaban salvo el CIS de Tezanos. Que así hay que denominar, porque lleva su firma indeleble. Y, sin embargo, hay que negar rotundamente que pese a que su porcentaje de acierto es inversamente proporcional a sus medios, se inventa las encuestas. Antes de las elecciones recibí una llamada al móvil de una persona que se identificaba como agente del CIS y poco después, otra del mismo departamento sociológico, curiosamente para valorar el resultado, que supongo les habría sorprendido. El CIS hizo tres sondeos durante las autonómicas, y en cada uno daba menos posibilidades a Rueda de lograr la victoria. El último, el lunes anterior a las urnas, fue especialmente negativo: solo le daba una opción sobre seis de obtener la mayoría absoluta. No se equivocó con el BNG, al que aupó con fuerza, mientra condenaba al PSOE, que cayó incluso más de lo pronosticado. En definitiva, la famosa cocina Tezanos, donde los resultados demoscópicos parecen en función de las necesidades del partido en el que milita. Al PSOE se le vio poco interesado en que ganara su candidato y mucho más en conseguir que no lo hiciera el PP, y ese camino pasaba por dar ánimos al Bloque. Tan cantoso fue que al día siguiente del desastre, el secretario de los socialistas gallegos puso en circulación el lema “máis BNG é máis PP”, que Besteiro no se atrevió a articular en campaña, donde sus críticas a los nacionalistas fueron entre casi nada y nada, sin marcar terreno propio. El resultado no podía ser otro. Y no fue, claro.

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