Opinión

Cartas marruecas

La mayoría de noticias que llegan desde nuestro vecino del Sur suelen ser inquietantes, incluyendo dos de los más graves problemas que arrastra el país, la presión de la inmigración sobre las ciudades del Norte de África y la guerra del Sahara, la antigua provincia abandonada. En ambos asuntos los sucesivos gobiernos españoles se han mostrado en general a la defensiva, con Mr PS como paradigma de entreguismo incomprensible y además, como suele hacer, sin dar explicaciones.

Con Vigo, la amenaza llega desde Kenitra, donde Stellantis está echando el resto con una potente inversión, 300 millones, para convertir su fábrica marroquí en la más importante del continente y montar el doble de vehículos, casi al nivel de Balaídos. Es inevitable pensar en que se trata de una amenaza a Stellantis Vigo, hasta ahora cabeza de un polo industrial muy amplio que comprendía las cuatro fábricas peninsulares y su satélite marroquí. Si fue así en algún momento ya no lo es: Kenitra crece y más lo va a hacer en el futuro próximo y eso no son buenas noticias. Para ir avanzando en lo que se puede venir encima, otra empresa de la automoción con dos plantas en Vigo, Benteler, acaba de anunciar que abrirá también una factoría en Marruecos al constatar que la planta de Kenitra le quitará trabajo en Galicia. Eso significa que desviará una gran parte de su actividad a la nueva factoría marroquí y la reducirá en Vigo, lo que implica un ERE o un ERTE. Eso puede significar el inicio de una reacción en cadena con Stellantis Vigo -que ayer no parecía muy contenta con el resultado de la nueva etapa del Perte- al final del camino. 

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