Las dueñas de la actualidad a tan sólo cuatro días del final de campaña han sido las encuestas, que se han asomado el domingo a las primeras páginas de todos los diarios y que han ido a coincidir en lo sustancial. El PP ganará las elecciones el próximo domingo por suficiente margen para gobernar en solitario y en Galicia los vencedores obtendrán un excelente resultado. En casi todas ellas se produce una rara coincidencia en materia de resultados pero resulta también muy divertido comprobar cómo esas mismas encuestas está cumpliendo una misión que podríamos catalogar como secreta si no fuera porque a un lector un poco avispado hay cosas que no le pasan desapercibidas. Parece un contrasentido pero las encuestas más desfavorables al PSOE tienen su reflejo en periódicos afines a la izquierda, y las que ofrecen unos resultados menos triunfales al PP brotan en diarios afines a la derecha. Conclusión, las encuestas se pronuncian al revés de lo que resultaría lógico pero como estamos en un ámbito en el que todos están calculado al milímetro y en el que cada paso viene definido por una estrategia específica, es de suponer que algún motivo habrá para precipitar este aparente contrasentido. Y lo hay, naturalmente.
Y es que mientras unos desean transmitir a sus lectores y simpatizantes que hasta el rabo todo es toro y que, por esa misma razón, hasta que no se vacíe la última urna no se puede cantar victoria, los otros desean transmitir a los suyos que si no produce una reacción lo que dicen las encuestas puede producirse y entonces ya no habrá posibilidad de reacción. En los diarios conservadores los resultados menos favorables incitarán a votar a aquellos que puedan quedarse en casa suponiendo que todo está sentenciado mientras que en los progresistas se procura recuperar al votante por la vía del miedo, dos estrategias que se reflejan en el comportamiento de los dos candidatos. Mientras Rubalcaba aplica el cuento del lobo, Mariano insiste en que no todo el pescado está ya vendido. Hasta el día 20 no sabremos que diario ha acertado y lo mejor es guardarlos todos y confrontarlos cuando llegue el momento.
