Opinión

cuestión de tributaciones

El presidente de la Generalitat exige que Cataluña reciba tanto como aporta o incluso más; el de la Diputación de Ourense lo mismo: mantiene que los impuestos de los residentes en la provincia suman más que el gasto y las transferencias a las instituciones del entorno –comenzando por la suya- y otro tanto asegura el alcalde de Vigo, quien no pasa un día sin reclamar con vehemencia a la Xunta y sobre todo a la Diputación que inviertan el equivalente a un tercio del total de la provincia, que es la población de la Muy Leal. Supongo, siguiendo esta línea descendente en tamaño, que la asociación de vecinos de Bouzas reclamará lo mismo, en este caso al ayuntamiento, y ya metidos, los habitantes de la calle Tomás Alonso. O cada persona individual: que se le dé tanto como paga vía impuestos.

Obviamente se trata de una táctica que da mucho juego como munición política pero que no deja de resultar incómoda a medio plazo, sobre todo para los dirigentes de partidos que se definen como progresistas. Como explicó sobre la bronca catalana el exalcalde Paco Vázquez de forma muy gráfica y certera, aceptar ese principio supondría hacer saltar por los aires un pilar esencial: que cada uno paga según ingresa, de forma que quienes más reciben, más tienen que aportar, y además, quienes tributan son ciudadanos no territorios. Si no, advertía Vázquez, Amancio Ortega, el patrón de Inditex, podría exigir prioridad si algún día tiene que recibir un trasplante de riñón aludiendo a los miles o millones de euros que apoquinó al fondo público. Y no, claro.

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