Opinión

Transportes e Interior recomendaban las mascarillas de Koldo García

Aunque el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, que investiga las mordidas en la compra de mascarillas durante la epidemia de Covid-19, ha acordado la puesta en libertad de Koldo García, ex mano derecha de Jose Luis Ábalos, pese a que se negara a declarar, de su hermano Joseba García; del presidente del Zamora CF, Víctor de Aldama; y del empresario vasco Íñigo Rotaeche, con medidas cautelares, mientras sigue la investigación sobre el caso, irrumpe el testimonio un alto cargo del Gobierno de Francina Armegol quien dice que las autonomías compraron las mascarillas donde le dijeron los ministerios, (esencialmente de Interior y Transportes, el de Ábalos, donde estaban colocados Koldo y su esposa, según otros testimonios cualificados). El portavoz del anterior Gobierno Balear, líder del grupo socialista, Iago Negueruela, descarga gran parte de la responsabilidad en la elección de empresas proveedoras de material sanitario al Gobierno de Pedro Sánchez.
Pese a su reducida vida propiamente laboral, este ahora estupefacto Ábalos ha sido siempre un hábil empleador de otros. A su asistente y escolta personal Koldo García lo elevó desde su antiguo empleo de portero de un prostíbulo a consejero de “Renfe Mercancías” en su etapa al frente del Ministerio de Transportes en el Gobierno de Pedro Sánchez que compaginaba con el cargo de secretario Organización del PSOE. También se ocupó de una de las tres esposas, guardia municipal de oficio, la colocó de consejera del ministerio del Interior. En cuanto a su propia biografía, este ex ministro, diputado y dirigente del PSOE, apenas ejerció ocupación laboral propiamente más allá de unos meses como maestro de enseñanza primaria en un colegio de Cuart de Pobles, del que oficialmente está en excedencia. Aquí todavía circula por las redes una grabación memorable en que Ábalos en la que, adelantándose al propio Pedro Sánchez, explica que el PSOE no tiene prisa por llegar al poder y mucho menos por pactar con el independentismo, cosa inimaginable. En eso fue un precursor. Ya tuviera que dar explicaciones hace cuatro años sobre el papel de su mano derecha en sus relaciones con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, recibida en su momento en Madrid, con la que se entrevistó en Barajas, pese a que la chavista no podía entrar en el espacio de Schengen. 
La relación personal de Koldo García y Ábalos que fue mucho más que su escolta y finalmente asesor a quien éste correspondió con la adecuada retribución a sus leales, al primero como consejero de Renfe, y a su esposa Patricia Uriz, la metió en Transportes, ahora también incluida en el lote de investigados con el resto. Pero hay un dato, ahora conocido, que denota que Koldo era persona de confianza dentro del propio PSOE. Y las pruebas son abrumadoras y salen de la propia mano de Pedro Sánchez, quien en libro que lleva su firma, aunque lo escribió una de sus asistentas, 'Manual de resistencia', se recuerda que este sujeto fue el encargado de custodiar durante dos días los avales que le llevaron a la secretaría general del PSOE. Y para asegurar la escolta, pernoctó en el mismo despacho donde se almacenaron. Koldo era personaje conocido que se movía con confianza y soltura por la sede del partido en Ferraz. Por cierto, que ahora que el PSOE recuerda los indultos de Aznar, se olvida de que el asistente de Ábalos fue uno de los beneficiados, cuando se le aplicó el perdón selectivo por una brutal agresión a un vecino. Trasciende ahora de que el repetidamente estupefacto Ábalos fue advertido de que tuviera cuidado con su protegido y mano derecha, ahora investigado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil por la supuesta vinculación con el cobro de sobornos en adjudicaciones de mascarillas en los peores meses de la pandemia, dentro de una investigación de la Fiscalía Anticorrupción. Lo delató el nivel de vida y el patrimonio acumulado en poco tiempo, difíciles de justificar, pese a sus elevados ingresos, en la época que estaba protegido por Ábalos. 
Llama la atención que, pese al grado de confianza entre ambos, Ábalos nunca se extrañara del nivel, pese a los empleos que él mismo le proporcionara a él y su mujer, Ha dicho que no tiene explicaciones que dar, porque del caso no sabe otra cosa que lo que ha leído en los periódicos y sobre el asunto mismo, la compra de mascarillas ha dicho: “Todo se hizo bien, a través de los mecanismos legales, es algo que siempre me preocupé”. Parece que no.

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