Opinión

Sánchez no da la talla, y Marlaska recoge los efectos de su política

Hay momentos en la vida en que no ya un hombre de Estado, sino una persona, un ciudadano con un mínimo de sensibilidad, debe dar la talla. Mientras la sociedad en su conjunto, especialmente en Barbate y Cádiz, ha dado una respuesta sensible, indignada y digna ante la conmoción causada por el asesinato de dos guardias civiles de forma brutal, por parte de delincuentes comunes de las mallas del narcotráfico que opera en el Sur de España, el presidente del Gobierno, responsable último de que las fuerzas y cuerpos policiales del Estado tengan los medios suficientes para su labor, ha dado una respuesta tibia, de puro compromiso para salir del paso, como si el asunto no formara parte de su propia responsabilidad. Sus palabras difusas en Vigo, mandando condolencias rutinarias a las familias de los agentes asesinados, ya fueron de por si miserables. Pero su indiferencia se perfeccionó con su frívola presencia y varios de sus ministros en la entrega de los Premios Goya, que merece mención aparte. Por cierto, que Bildu, socio de Gobierno de progreso de Sánchez, no se sumó en Pamplona a la concentración en memoria de los guardias civiles asesinados. Bildu y Geroa Bai también impidieron aprobar en el Parlamento de Navarra una declaración que reconocía la "impagable" labor de la Guardia Civil.

En este caso, en contra de lo que ha sucedido en otras ocasiones, en la misma fiesta, donde se han escuchado todo tipo de mensajes reivindicativos, por asuntos menores y lejanos, ni siquiera hubo una mención al episodio o se guardó un minuto de silencio, por ejemplo, en medio del entreverado paseo de discursos que hizo la ceremonia larga, aburrida e interminable. Los del cine no dieron lugar a un poco de solidaridad. Ver a Sánchez de smonking inevitablemente hacía pensar, luego de sus palabras rutinarias en la frivolidad del personaje que disfrutaba de la fiesta, mientras el resto del país se condolía realmente del brutal asesinato.

Y está Marlaska, quien apenas horas antes de la tragedia decía que el asunto se estaba controlando, aunque realidad fue el desenlace esperado de la impunidad de las bandas españolas y marroquíes que dominan las aguas del Estrecho, mientras la Guardia Civil ha visto reducidos sus medios, de suyo insuficientes e inadecuados. De ahí la vergonzosa paradoja de que, apenas horas antes de los asesinatos, Marlaska dijera desde Cádiz: “El conjunto de nuestros hombres y mujeres de Policía Nacional y Guardia Civil son algo principal para nosotros, para darles las mejores condiciones laborales en todo momento porque es la forma de prestar el mejor servicio público. Recuerdo que hemos crecido en Andalucía más del 11 % de efectivos en estos cinco años, en el Campo de Gibraltar más del 16 % en estos cinco años. Tenemos el número de efectivos histórico a día de hoy, tanto en Andalucía como en el campo de Gibraltar”. Sin duda, el gesto de rechazar la medalla que el titular de Interior pretendía colocar en el féretro del guardia Davis Pérez Carraceso por parte de su viuda ha sido de enorme dignidad. 

Los 80 millones de euros que se destinaron al Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar han sido insuficientes para frenar el negocio de la droga a través del estrecho, donde hemos visto a los narcos actuar a plena luz del día. La asociación profesional “Justicia y Guardia Civil” (Jucil), mayoritaria en cuanto a puestos de representación, enfrentada al ministerio del Interior en la presente etapa, a pasar del éxito y la efectividad del llamado OCON Sur (Órgano de Coordinación contra el Narcotráfico en Andalucía), el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, disolvió esta unidad de élite formada por 150 agentes de la Guardia Civil en comisión de servicio, que estaban disponibles las 24 horas y los 7 días de la semana para la lucha efectiva. El OCON Sur había logrado decomisar 1,1 millones de kilos de hachís, 35.146 kilos de cocaína, 59.275 kilos de marihuana y 2.445.025 cajetillas de tabaco de contrabando. Además, se consiguió detener a 12.813 personas, se incautaron 2.622 vehículos, otras 1.137 embarcaciones y 779.468 litros de gasolina. Según Marlaska se trataba de una simple restructuración. Los agentes fueron devueltos a sus comandancias, con las mismas misiones, pero fueron retirados de la zona donde su presencia era más necesaria y efectiva.

Te puede interesar