Opinión

El Gobierno y la inflación

A estas alturas de la legislatura todos conocemos la capacidad de Pedro Sánchez para desviar a terceros las responsabilidades políticas derivadas de la deficiente gestión del Gobierno. También se sabe que no es aconsejable fiarse de su palabra porque es valor perecedero. Aún así, sorprende la naturalidad con la que puede deformar el relato de los hechos cuando habla en el Parlamento mirando al tendido socialista a la espera del aplauso. Volvió a pasar este miércoles en el Congreso. A las nueve en punto de la mañana conocíamos el dato del crecimiento de la inflación: 9,8 %. Un aumento de precios insoportable, la peor cifra en 37 años. Pues bien, a la misma hora, desde su escaño en el banco azul Pedro Sánchez le echaba la culpa a Putin de la brutal escalada de los precios olvidando que hace un mes, en febrero, cuando todavía no había empezado la invasión de Ucrania, la inflación estaba en 7,6%. Es el estilo de la casa.

Antes, durante el confinamiento y la pandemia, endosaron a las comunidades autónomas la culpa de todos los males que afligían a la sociedad española, incluidos los generados por la torpe gestión del Ministerio de Sanidad y los expertos que nunca existieron. Ahora que llevamos meses con los precios de la electricidad y los carburantes desbocados, la culpa es de la guerra de Putin. El Gobierno que quiere ahora topar el precio del kilovatio e impone una quita raquítica al precio del gasóleo y la gasolina (20 céntimos), hace como si no supieran que Hacienda lleva meses haciendo caja, embaulando el 50% de impuestos que gravan el precio de los carburantes.

Mientras en Francia, Italia, Portugal o Irlanda anunciaban quitas en el precio de los combustibles, Sánchez ganaba tiempo y seguía haciendo caja. Ha sido ver que los camioneros se declaraban en huelga, la flota pesquera amarraba en puerto y que los agricultores y ganaderos ocupaban por miles el centro de Madrid gritando ¡Basta ya¡ para que se hayan encendido las alarmas. Y el "agitprop" de La Moncloa esté haciendo horas extras para intentar convencer al personal de que el Gobierno no tiene ninguna responsabilidad en el incremento brutal de los precios de la luz y los carburantes en particular y del coste de la vida en general. La culpa de todo es de Putin. Incluso de la inflación cuando en España estaba ya por encima del 7% y todavía no había empezado la guerra en Ucrania.

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