En el Partido Popular había ayer una cierta sensación de satisfacción por el doble proceso electivo en BNG y PSOE, que se ha saldado -así lo estiman- con más problemas que soluciones para ambas formaciones, cuyos líderes electos no sólo llegan con un apoyo interno muy reducido sino que además no proyectan un gran entusiasmo hacia la sociedad. El BNG mantuvo a la UPG al frente con la dupla formada por Jorquera y Vázquez, poco conocida y de ínfimo tirón electoral. El PSOE, por su parte, mantiene al frente al candidato que peor resultado ha logrado en unas elecciones y tras batir por los pelos a su rival interno. En ambos casos, sobre todo en el BNG, la sensación es que la batalla no ha hecho sino empezar y que todo el entramado puede saltar por los aires. En el PSOE, veremos qué pasa con el PSC....
Con las elecciones gallegas a un año vista, o menos, lógico que el PPdeG eche cuentas y vea que enfrente tiene a un BNG divido y a la baja y un PSdG-PSOE cuyo líder -Pachi Vázquez- ha quedado un tanto al pairo y veremos si es capaz de resistir el asalto de Caballero y Silva. Porque la pareja política viguesa no va a contentarse con haber entrado en la dirección federal. Tras saltarse las normas internas, con el consentimiento de Pachi Vázquez, lo siguientes pasos son de cajón: Silva de secretaria provincial y veremos si no opta a la dirección gallega. Conclusión: voladura a la vista en el BNG -antes o después de las elecciones- y muy posible en el PSdeG.
Todo esto se observa desde la dirección del PP con una cierta sonrisa que trata de evitar que se note. Queda feo.
