Fue durante bastante tiempo una pica colocada por el PSOE en el corazón del empresariado. Y se notaba: todos los actos que organizaba en Vigo el presidente Pérez Touriño -quien por cierto, ha vuelto a colocarse en camino, busca su reivindicación- tenían como espacio el Club Financiero, ahora Círculo de Empresarios de Galicia. Así era gracias a los notorios manejos de su "hombre fuerte", que fue durante años el exdiputado socialista Jesús Bahíllo. Ahora la presidencia la ocupa Javier Garrido, aunque Bahíllo sigue "por ahí". Garrido está vinculado familiarmente al PP, pero ha abierto el Club a todas las opciones y ayer mismo era el turno de Serafín Otero, del BNG, quien reconocía que no jugaba en casa pero que no se sentía incómodo. Antes estuvo Rubén Pérez, de Esquerda Unida. Y antes Carmela Silva, en varias ocasiones, quien al parecer bendijo la idea de conocer qué piensa el empresariado a través de una especie de sondeo específico de uno de los foros del Club Financiero que ahora ha causado malestar en el PSOE vigués. Garrido ayer no tenía ni idea de qué le hablaban.
