Opinión

Una buena e imposible idea

La confluencia de Vigo con Nigrán y Mos sería  relativamente sencilla de ejecutar y sin ninguna duda beneficiosa para las tres partes, por lo menos tanto como la fusión con Bouzas y Lavadores, que dio origen a la ciudad que hoy conocemos. Si Vigo se hubiera limitado a su territorio del siglo XIX nunca habría llegado a ser la primera urbe gallega, y por tanto, tampoco dispondría n sus vecinos de autopistas, de universidad, de aeropuerto  o de los servicios de una auténtica capital. Nada de ello se habría desarrollado y ni soñar con una línea de alta velocidad. 
Pero reconozcamos que también sería una unión traumática, aunque hay fórmulas para aminorar los impactos negativos de la confluencia. Por ejemplo, con la creación de entidades menores, de forma que al menos durante un tiempo permitiría que los vecinos de Mos, Nigrán y Redondela pudieran seguir eligiendo a su propio alcalde y al mismo tiempo al de todo el  Nuevo Vigo. 
Es soñar. Resulta por completo imposible, aunque deseable, porque Redondela es un ayuntamiento grande y con enorme personalidad propia. Nigrán, que está unido a Vigo por todo incluido el agua y la Administración de Justicia, no iba a renunciar a su independencia como municipio con capacidad económica, potencial turístico y por completo viable. Y Mos, que es uno de los casos más evidentes de un ayuntamiento incomprensible, alegaría que cuenta con población suficiente y poderío empresarial para seguir en solitario, lo que también es cierto.
Por tanto, apoyemos que se ponga en marcha el Área Metropolitana. A ver si en 2015.

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