Cartas al director

ME DAS O TE DOY, ¿QUIÉN DA MÁS?

nnn Por recurrente que sea, cada vez que nos toca hincar la mano con el salvoconducto en forma de voto a los pocos días nos encontramos con la más desagradable de las situaciones en cuanto a la política se refiere.
Es que las imágenes que a nuestros ojos llegan son de un desprecio hacia nosotros, sufrido pueblo. Los sistemas son los que son y a los elegidos les da mucho juego para repartirse el gran pastel y nosotros mirando cómo se desgañitan, no por nosotros precisamente; bueno puede que alguien se lo crea, pobrecitos esos crédulos.
Ahora son ellos, no nosotros, quienes se juegan “su” futuro. Lo hacen a escondidas y también de forma más oficial, el resultado es “su” resultado, saldrán el día después a vendernos que ha sido un gran acuerdo para la ciudadanía, jejeje, jajaja y una m… que esperen sentados a que nos lo creamos. Cómo pueden tener tanta cara si solo están repartiéndose la tarta a cuenta nuestra. Deberían de hacerlo más discreto.
Aquí parece resaltar el gran fallo de la democracia, los mecanismos deberían de facilitar el gobierno a la lista más votada y todos tranquilos hasta después de cuatro años. Mientras tanto, a sufrir las situaciones que se repetirán una y otra vez aunque suene a desprecio.
Ellos con el salvoconducto en la mano se sienten con poder para hacer o deshacer cosas con toda impunidad y nosotros mirando y pagando, claro, pues ninguno va gratis.