Cartas al director

Prohibición del uso de pantallas no supervisado a menores

 "Hace un lustro la Organización Mundial de la Salud nos advirtió de que antes de los dos años no se pusiera a los niños en contacto con las pantallas debido al gran daño que recibían; el sentido común nos dice que, entonces, a los cuatro años, por lo tanto  no pueden resultar muy buenas.
Sabemos que en la pre y adolescencia la inmensa mayoría de las chicas y chicos está siendo muy perjudicada por algo que es evitable: su enorme exposición —sin supervisión de profesionales— a los efectos negativos de los smartphone y demás pantallas conectadas a internet.
Teniendo en cuenta esto, parece que hemos de empujar todavía más fuerte en el camino que logre, al igual que pasa con las armas, la prohibición del uso no supervisado de dispositivos conectados a internet antes de la mayoría de edad.
Algunos opinan que esta supervisión no necesariamente ha de ser llevada a cabo por los hombres y por las mujeres que físicamente están más cercanas al niño, por sus figuras de autoridad, y que se encuentran al lado de él. 
Vamos, que hay quienes creen que los mecanismos de vigilancia pueden estar incorporados en un software que cibercapta lo que hace en cada momento  el chico. 
Estas personas seguramente poseen muchos conocimientos de informática, del mundo web, de programación de aplicaciones para móviles, etc. En cuanto a esto, mi experiencia de vida y profesiones que he ejercido a lo largo de ella y que también ejerzo me dicen que opina así quien está todavía algo lejos de la sabiduría.
No podemos conocer el mundo que habríamos vivido en las últimas décadas si a lo largo de los años noventa  no se hubiesen puesto tantos medios para que internet creciese, y además todo ello en un contexto social que la endiosó; pero nos cuesta imaginar que, de no haber ocurrido todo esto, en la vida de las chicas y los chicos desde entonces hubiese menos libros en sus manos que ahora. 
Y continuando con esta línea argumental cronológica, con el corazón en la mano yo me pregunto, ¿creemos que a los veinteañeros  y treintañeros esta locura tecnológica les ayuda a ser más felices?"