Aguas negras, lejías y otros productos acaban en algún momento del año contaminando el río pese a la vigilancia
Como si fuera una maldición, todos los años se produce algún incidente en el Lagares, aunque ninguno con la gravedad del ocurrido este fin de semana por la mortandad provocada. El anterior de importancia tuvo lugar el pasado mes de agosto, cuando el Concello se vio obligado a prohibir el baño en el tramo de Samil próximo a la desembocadura durante un par de días. Finalmente, se pudo reabrir después de realizar una nueva analítica a las aguas afectadas por el vertido, en este caso de fecales. La investigación de lo ocurrido señalaba que el origen del vertido se produjo en la fosa séptica de unos apart-hoteles construidos en la zona. Se trata de un vertido, detectado a nivel bacteriológico, en el laboratorio municipal. El cierre de la playa volvió a dejar en evidencia la imposibilidad de conseguir la bandera azul para Samil en tanto no se solucione definitivamente el problema.
Antes, en septiembre de 2012 el agua apareció teñida con un tono negro. Al parecer, según admitió Aqualia, en este caso el responsable era un "aliviadero de una estación de bombeo.
En noviembre de 2011 el entonces conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, más tarde líder del PSdeG, confirmaba la activación de un operativo destinado a minimizar los efectos de otro vertido, un combinado de lejía, detergente y alcohol como consecuencia del incendio en una nave del polígono industrial de O Gorxal. Los productos que alcanzaron el cauce procedían de una empresa de componentes químicos de limpieza. En agosto de 2010, de nuevo el Lagares en problemas, esta vez con empresas que lindan en el río. El gobierno local reclamó a la Xunta que tomara medidas sancionadoras. n
