Uno de los dos detenidos en un operativo antidroga llevado a cabo por la Policía Nacional en Vigo y Porriño en noviembre de 2022 será juzgado por intento de homicidio, después de haber disparado con su revólver durante un registro en su vivienda.
Ambos arrestados fueron condenados ya por la Audiencia viguesa a cuatro años y medio de cárcel tras un acuerdo por conformidad por un delito contra la salud público. Tras una investigación de meses, los agentes lograron desarticular un entramado de distribución de drogas a pequeños vendedores tanto en Vigo como en el área y que utilizaban dos locales ubicados en la zona de As Travesas como laboratorios de disgregación, adulteración y distribución de sustancias.
Durante el operativo, fueron intervenidos 1,3 kilos de cocaína, 23 kilos de hachís, 1,4 de heroína, 3,4 de marihuana, 24,19 gramos de MDMA, 468 de Speedy, 18 kilos de sustancia de corte y más de 25.000 euros en efectivo. Además, se encontraron dos armas de fuego, una pistola de aire comprimido, un arma blanca de grandes dimensiones y varios teléfonos móviles.
En uno de los registros, según consta en el auto de procesamiento que fue confirmado por la Audiencia, concretamente en la vivienda en O Porriño de uno de los dos investigados, este disparó contra el primero de los agentes componentes del Grupo Operativo especial de Seguridad que sobre las siete de la mañana realizaron la entrada para el aseguramiento del inmueble. El arma utilizada fue un revólver Smith&Wesson, en buen estado de conservación, del que el detenido carecía de licencia.
La defensa alegó en el recurso del citado auto que había un error en la tipificación del delito, a su juicio atentado a la autoridad y no homicidio en grado de tentativa, con base en las circunstancias que concurrieron en el momento de los hechos, especialmente en el acceso de los policías en el domicilio de manera sorpresiva, de noche, sin hacer ruido, “sumado al miedo del investigado por la agresión sufrida anteriormente, el haber efectuado un único disparo sin reincidencia delictiva y la posterior conducta del mismo” que depuso voluntariamente el arma y pidió disculpas en sucesivas ocasiones a los agentes, sería prueba de la falta de ánimo homicida y que se trataría de un disparo disuasorio.
La causa por el disparo y la tenencia ilícita de armas está todavía pendiente de juicio, tras la condena por el delito de tráfico de drogas.
