El gobierno socialista vigués dio el primer paso de estos presupuestos en septiembre aprobando en el pleno en solitario, con PP y Marea en contra, las ordenanzas fiscales de 2019 y los impuestos de bienes inmuebles, de vehículos de tracción mecánica, utilización de dominio público, agua y la grúa.
Ya allí se recordó la congelación de impuestos, tasas y precios públicos que ayer destacó Abel Caballero para las cuentas del año que viene. Aunque el IPC sube un 1,5% los impuestos se congelan, lo que supone un ahorro para los vigueses de 3 millones de euros, que se quedan en los bolsillos de los ciudadanos.
Junto a ello, las bonificaciones fiscales suponen 7,2 millones de euros, además de que Vigo se mantiene como la ciudad de Galicia con menor presión fiscal e incluso de villas del entorno entre las que figura Baiona.
Pero hay más medidas que se introducen en estos presupuestos, como que en el IBI para 2019, además de congelarlo se facilita el pago para comunidades de bienes o hereditarias que tienen dificultades de identificar a una persona y también para los centros sanitarios públicos y atención primaria.
En IAE se congelan los tipos que permiten que 40.000 empresarios en la ciudad estén bonificados, porque solo pagan 3.700.
En el impuesto de vehículos se incluye la cuarta rebaja consecutiva para las motos y se introduce un nuevo gravamen a empresas de servicios de telefonía móvil que usan el subsuelo. Asimismo el Concello permitirá fraccionar los pagos de tasas e impuestos en diez mensualidades.
