Aumentan en Vigo las intervenciones de riesgo de la seguridad privada

La última intervención se produjo en Urgencias del Cunqueiro.
photo_camera La última intervención se produjo en Urgencias del Cunqueiro.
Los vigilantes piden más formación y protección jurídica acorde a la Policía ante todo tipo de situaciones tras la actuación en el Cunqueiro con un presunto maltratador

La última intervención hace unos días de dos vigilantes de seguridad del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, que lograron interceptar a un presunto maltratador tras un episodio ocurrido en Urgencias ha puesto sobre la mesa el incremento de actuaciones de riesgo a las que se tiene que enfrentar el sector.  “Cada vez hay más intervenciones de todo tipo para las que se necesita formación, como el ámbito de violencia de género, que es muy complejo y puede tener consecuencias graves”, asegura el responsable de Seguridad en UGT, Francisco Javier Abad Sabaris, quien destaca que en este caso concreto, los compañeros “tuvieron que emplear la fuerza para poder detener al hombre y ponerlo a disposición de la Policía,  resultando herido uno de ellos”. 

Afirma el responsable sindical que son numerosas las intervenciones, sobre todo en Psiquiatría del centro médico y otros puntos de especial afluencia como el centro comercial Vialia.  “La Ley obliga a llevar defensa y grilletes pero en casos concretos, como en el Álvaro Cunqueiro, donde la seguridad privada está muy bien valorada, se consiguió dotar a los vigilantes con un spray de pimienta para casos de necesidad, así como chalecos antitrauma y guantes anticortes autorizados por la Dirección General de la Policía”, añade. 

El material se extiende a prácticamente todos los centros hospitalarios, sin embargo, el sector todavía reclama una protección jurídica y cobertura legal acorde a las fuerzas y cuerpos de Seguridad. 

En octubre del año pasado, una vigilante, también del Cunqueiro, denunciaba haber sido embestida por un vehículo, que había parado en la zona de ambulancias de Urgencias para dejar un paciente, causándole lesiones en una pierna.  Esta semana, el Juzgado de Instrucción 3 de Vigo acogió la vista. El incidente según el testimonio de la perjudicada se produjo cuando el conductor eludió sus indicaciones advirtiéndole de que en ese lugar no podía para el vehículo. La Fiscalía solicitaba una pena de 300 euros y multa de dos meses al considerar el hecho como un presunto delito leve de lesiones.

Hace más de diez años el número de vigilantes de seguridad superaba en Vigo a los de Policía y Guardia Civil, y, aunque las asociaciones de seguridad privada cifran en Galicia unos 6.000 trabajadores, en algunos puntos del país comienza a notarse déficit de personal. “No  es una profesión muy atractiva, por los turnos de trabajo, los salarios,  la peligrosidad y las horas de pie, entre otras cosas, de ahí que haya empresas de otras zonas como Madrid o Valencia que estén ofertando incentivos para encontrar mano de obra en otros lugares”, explica el responsable sindical que asegura que la comunidad de momento se libra de este problema, aunque se teme el futuro ante las dificultades de un relevo generacional y la implantación de nuevas tecnologías  que en algunos casos relevan al personal. 

Los edificios administrativos, transportes y servicios son los sectores que más requieren trabajadores de este sector, cuya colaboración con los miembros de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado es clave.

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