La UVigo redujo a la mitad su consumo de papel en 12 años

Imagen de archivo de estudiantes por los pasillos de una de las facultades de la UVigo. // Vicente Alonso
photo_camera Imagen de archivo de estudiantes por los pasillos de una de las facultades de la UVigo. // Vicente Alonso

En cuanto a las emisiones derivadas de CO2 de estos residuos urbanos por parte de la institución, en 2022 fueron 1.849 kilos, esto es, un 36% menores que en 2010

Una de las apuestas más decididas del actual equipo de gobierno de la Universidad de Vigo es la sostenibilidad. Prueba de ello es el último informe de la Oficina de Medio Ambiente en el que se da cuenta de una reducción del 26% en la huella de carbono desde 2018. Entre las políticas llevadas a cabo para lograr dicha reducción está un manejo más cuidadoso de los residuos que genera la institución ya que, por ejemplo, ha conseguido reducir casi a la mitad el consumo de papel en sus tres campus en apenas 12 años. 

Gráfico que muestra la reducción de residuos urbanos y sus emisiones de CO2 derivadas en la UVigo.
Gráfico que muestra la reducción de residuos urbanos y sus emisiones de CO2 derivadas en la UVigo.

El portal de transparencia de la UVigo ofrece a los ciudadanos una memoria detallada de la gestión por parte de la entidad de este tipo de residuos desde el año 2010. Entonces, la universidad viguesa producía al año 73,5 toneladas de papel, 12,9 de vidrio y 6,2 de envases. unos residuos que, según los cálculos de la Oficina de Medio Ambiente, suponían unas emisiones derivadas de 2.931 kilos de CO2 a la atmósfera. Desde entonces y hasta 2022, último año con registros, los residuos de papel cayeron hasta las 41,7 toneladas de papel (un 43,25% menos) y los de vidrio, a 1,8 (un descenso del 85,7%). Si bien es cierto que los residuos de envases crecieron ligeramente a 6,8 toneladas anuales, este es el tercer dato más bajo de los registros que mantiene la UVigo, ya que el promedio de los últimos 12 años se sitúa en 7,6 toneladas y en años como 2011 se superaron las 10. En cuanto a las emisiones derivadas de CO2 de estos residuos urbanos, en 2022 fueron 1.849 kilos, esto es, un 36% menores que en 2010.

Otros residuos

Aunque la universidad viguesa parece tener bajo control la gestión de los residuos urbanos, que decrecen año a año, le está costando algo más reducir su producción tanto de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos como de residuos especiales (esto es, los que contienen o pueden contener agentes patógenos en concentraciones suficientes para causar enfermedades, tales como pilas o medicamentos). 

En el caso de los primeros, promedia 5,6 toneladas desde 2010 y el año pasado registraron 6,3 toneladas, 1 más que en 2021 (5,1). Sobre los residuos especiales, logró bajar de las 21,3 toneladas de 2010 a 19,2 en 2022, aunque justo el año anterior marcó un máximo histórico con 23,1. Tanto los eléctricos y electrónicos como los especiales son los residuos más complicados de reducir para una institución como la UVigo, ya que la digitalización ha hecho imprescindible el uso (y constante renovación) de aparatos eléctricos en clases y laboratorios y precisamente en estos laboratorios se trabaja diariamente con muchos materiales que producen residuos potencialmente peligrosos.

Te puede interesar