El uso abusivo y descontrolado de las posibilidades que ofrece internet puede generar trastornos de salud e incluso patologías clínicas en muchos usuarios, especialmente en los más jóvenes. A pesar de sus inumerables ventajas, internet no está libre de contenidos y estrategias de marketing agresivas que pueden llegar a generer dependencia, ansiedad o adicciones. Según datos del informe “Impacto del aumento del uso de Internet y las redes sociales en la salud mental de jóvenes y adolescentes” elaborado por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad el 11,3 % de la población usuaria de internet en España de entre 15 y 24 años se encuentra en riesgo elevado de hacer un uso compulsivo de servicios digitales.
Esta amenaza sube al 33% en el caso de las personas que tienen entre 12 y 16 años. Más allá de los que pueden resultar más obvios, como casinos online o casas de apuestas, las redes sociales utilizan agresivas técnicas psicológicas para crear un retorno constante del usuario, la sensación de necesitar estar conectados y un progresivo hábito de uso. En muchas situaciones, estas aplicaciones generan una adictividad similar a la de algunas drogas, ya que generan en los usuarios dependencia y tolerancia a sus efectos. Redes sociales como Tik Tok, Instagram y Facebook aprovechan diferentes técnicas psicológicas para conseguir estos resultados, que llegan a ser más determinantes en aplicaciones de citas como Tinder, Badoo o Meetic.
Obtener con inmediatez los contenidos, una imagen de notoriedad o evitar pausas a la hora de acceder a los perfiles hace que los usuarios lleguen a pagar altas cantidades de dinero al mes. La vulgarización de contenidos o la posibilidad de disponer de una falsa impunidad también ha genera problemas relacionados con el acoso sexual y escolar o problemas de aislamiento social.