Islas Cíes: Un viaje a las raíces de nuestro planeta

Cavidades (pías y tafonis) creadas por la erosión del viento, la sal y el agua que se pueden apreciar perfectamente en el Alto do Príncipe. A la derecha, el océano Atlántico batiendo contra las rocas.
photo_camera Cavidades (pías y tafonis) creadas por la erosión del viento, la sal y el agua que se pueden apreciar perfectamente en el Alto do Príncipe. A la derecha, el océano Atlántico batiendo contra las rocas.
Un museo al aire libre para los curiosos de la historia natural

En la costa gallega, las Islas Cíes se alzan como guardianas de secretos milenarios. Este conjunto de islas no es solo un paraíso natural, sino también un libro abierto a las primeras páginas de la historia de la Tierra.

Imagínense caminar por acantilados donde cada roca cuenta una historia antigua, historias de tiempos donde la Tierra era un lugar muy diferente. Aquí, los granitos con destellos de cristal son los protagonistas, formando parte de un paisaje que cambia con cada paso, de acantilados escarpados a playas de arena fina.

En las Islas Cíes, la naturaleza ha esculpido a su antojo, usando como pincel las fuerzas que han movido continentes, abierto y cerrado océanos, y dibujado montañas. Los visitantes no solo se maravillan con la belleza actual de las islas, sino que también pueden entrever en estas rocas y en estos suelos la danza de la Tierra a lo largo de los eones.

Las islas guardan las cicatrices de choques titánicos entre placas tectónicas y las caricias del mar que ha subido y bajado con el ritmo de las glaciaciones. Estos movimientos no solo han dejado pliegues y fracturas en las rocas, sino que también han dado forma a paisajes que cortan la respiración, desde playas escondidas hasta acantilados que desafían el cielo.

Sus arenales no son simplemente lugares de ocio. Son también cápsulas del tiempo que revelan cómo era el mundo cuando el nivel del mar estaba mucho más alto o más bajo que hoy. Las cuevas y las ‘furnas’ son como huellas dactilares de la historia, cada una contando su propia parte de la saga geológica.

Y no todo es visible a simple vista. Bajo el azul del mar, investigadores han descubierto formaciones como la clinoforma, una especie de gran abanico submarino, que demuestra cómo las islas han influenciado el movimiento de sedimentos y la formación del fondo marino.

Las Cíes son un destino no solo para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad, sino también para aquellos curiosos de la historia natural. Y mientras su belleza sigue atrayendo a visitantes, su importancia científica ha llevado a proponerlas como un Lugar de Interés Geológico, un paso más para proteger y reconocer la riqueza de este rincón del planeta. Así que la próxima vez que pisen las Islas Cíes, recuerden que están pisando un museo natural de la historia de nuestro mundo.

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