María Sotelo: "Leer novela romántica me recarga como tomar un café con amigas"

María Sotelo, durante su paso paso por Atlántico TV.
photo_camera María Sotelo, durante su paso paso por Atlántico TV.
"La vida está llena de problemas y dramas y lo que quiero al leer un libro es desconectar, olvidar la realidad y que me cuenten algo que me saque una sonrisa", asegura la contable y escritora viguesa

María Sotelo, contable viguesa, se estrena en el mundo de la literatura con “Nosotros somos infinitos” y en el ámbito de las entrevistas con una visita al set de Atlántico TV, donde presentó su ópera prima y habló sobre la profesión recién estrenada.

 

 

Comienza su trayectoria en las letras con una propuesta romántica, de “buen rollo”.

Sí. Tiene mucho humor, es muy divertida. Me gusta poner un toque cómico, que para penas ya tenemos la vida.

Pero además es toda un ejemplo de superación, de poner buena cara a los inconvenientes y a los disgustos.

Siempre tiene que haber una parte más íntima, más sensible. En este caso, la protagonista se llevó un desengaño enorme al encontrar a su marido con otra el día de su boda y tiene que reponerse, es lo que nos pasa a todos, que tenemos una lucha continua por seguir adelante.

Con la novela negra entre lo más vendido, ¿por qué optó por este género?

Me gusta mucho leerlo. La vida está llena de problemas y dramas y lo que quiero al leer un libro es desconectar, olvidar la realidad y que me cuenten algo que me saque una sonrisa. Leer novela romántica me recarga como tomar un café con amigas. Además, no me veo escribiendo un thriller.

Es una narrativa sencilla, sin complicaciones, pero al mismo tiempo retrata a sus protagonistas como dos mujeres fuertes, llenas de carácter.

Los personajes femeninos son dos hermanas totalmente distintas. Por un lado, está Bianca, la sufridora y la más sensata y por otro, Belinda, que está un poco como un cencerro. ¿Quién no ha tenido alguna amiga así? Son mujeres del siglo XXI con sus trabajos, sus dudas, indecisiones y miedos como cualquiera.

Toda la vida dedicada al mundo de los números. ¿Qué le llevó a escribir ahora?

Llevo leyendo muchísimo tiempo y nunca me había planteado escribir. Lo hice para probarme a mí misma si sería capaz de escribir algo aceptable, y enseguida me entró el gusanillo y ya no se es capaz de parar. 

¿Se ve en esta nueva faceta profesional?

¡Ojalá! Pero hay mucha competencia, es altísima. Sería bonito.

¿Tiene una rutina de escritura?

Soy muy organizada para todo en la vida, menos para escribir. Reconozco que soy un caos. Me dejo llevar, a veces visualizo una escena, una parte de la trama y empiezo a escribir. Me bombardean ideas, no todas me valen, pero siempre quedan ahí para otra ocasión.

¿A qué público se dirige?

No tengo un perfil determinado. Escribo para todo el que quiera leerme. Hay hombres que consumen romántica, tengo amigos que empezaron la novela por compromiso y acabaron enganchados. Todos tenemos un punto de cotillas y queremos saber más sobre la vida de los personajes. 

Al ser la primera novela, ¿cómo se llevan las críticas?

A nadie le gusta que te digan que tu libro es un aburrimiento de castaña, pero hay que relativizar. No se puede caer bien a todo el mundo. No pasa nada, a mí tampoco me gusta todo lo que leo y el problema no está en el libro, es que no es para mí.

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