Chus Lago (Vigo, 1964) pasó por el set de Atlántico TV para presentar su último libro, “Fata y el viaje al Ártico en submarino”. En su palmarés está haber sido concejala de Medio Ambiente en Vigo, alpinista y deportista de élite con logros como ser la primera española, la tercera mujer del mundo, en hacer cumbre en el Everest sin oxigeno. Suma así vivencias y experiencias que inspiran su faceta literaria. En esta ocasión, sus protagonistas, Fata y Pemba, van al Ártico en busca de un barco que existió, porque “mis libros siempre tienen un componente histórico real”, apunta la autora.
Es un libro para niños pero con mucho contenido. ¿Está pensado para leer en familia?
Escribo con la idea de que mis lectores son niños, para que aprendan sin darse cuenta. Hay datos, que yo tampoco sabía como que la ballena azul puede alcanzar el largo de 30 elefantes. Algunos coles que lo cogieron como lectura tienen una guía didáctica para que no se les quede nada atrás. Invierto mucho tiempo documentándome y buscando información antes de escribir.
Esta historia tiene además un toque muy vigués con la presencia del submarino Sanjurjo. ¿Cómo encajó en la trama?
Si lo invento no me sale mejor. Además conozco a Manolo Sanjurjo, el bisnieto del inventor, y me contó de primera mano toda la historia y lo que estaba ocurriendo en ese momento. Siempre que puedo escribo del submarino y en esta trama me venía genial, ¿qué mejor forma de viajar al Ártico? Acaba con la devolución del submarino al Museo do Mar, que es donde está actualmente.
En ese viaje fantástico también sale el Pindo, la acrópolis celta. ¿Lo conoció como montañera?
El Pindo es muy mágico. Es un lugar que me fascinó incluso antes de conocer su historia. Lo exploré cuando era joven y empezaba a hacer montaña por Galicia. Transmite una energía muy especial y está lleno de leyendas, es diferente a los demás. Hay un mito que dice que tiene una puerta mágica y a mí me cuadraba a la perfección con mi historia.
Este es segundo libro de literatura infantil, su séptima publicación. ¿Es su consolidación como escritora?
Al principio, con el primer libro y con el segundo no lo veía así. Ya el tercero fue una autobiografía más solida y ahora esto es un ensayo de novela. Estoy aprendiendo, después de siete libros y de diversificar géneros, ya me empiezo a sentir más escritora.
Pero la alpista aún sigue ahí.
La ventaja de haber sido montañista es que entiendo a los protagonistas y al escribo de zonas que conozco. Lo que no vi con mis propios ojos, me lo contaron mis compañeros o lo leí de fuentes directas. Tengo la necesidad de contar todo lo que viví, me apasiona.
Ahora que ya no sale en expediciones, ¿cómo cambió su concepto de los viajes?
Ahora se viaja más, pero el turismo es otro tipo de viajes, aunque también se corren riesgos como lo que les pasó a los que se sumergieron para ver al “Titanic”. Ahora viajo de una forma más urbana, por cuestiones laborales.
Pasó uno años en Estados Unidos y ahora pone rumbo a Southampton. Pero el vínculo con Vigo se mantiene.
El objetivo nunca es dejar Vigo, aquí tenemos el campamento base, pero nos movemos por el trabajo de mi marido. Me encanta, es una oportunidad de conocer gente y otros lugares. Cuando vuelve aquí siguen los que quiero y los que me caen bien.
¿Cómo se ve en cinco años?
Me veo un poco mayor, de vuelta aquí y con la misma dinámica. Escribir es algo de lo que no ten jubilas. Mi niño será un poco mayor, justo para leer estos libros. Yo me dejo llevar, nunca sin dejar de formarme.
