No hay niebla que nuble a Aspas

La plaza José Figueroa redondelana se llenó para seguir el encuentro de la selección española en una pantilla gigante.
photo_camera La plaza José Figueroa redondelana se llenó para seguir el encuentro de la selección española en una pantilla gigante.

La afición vivió en las terrazas un partido sufriente que tuvo un final muy feliz con el moañés

Era la tercera cita del Mundial y, con diferencia, la más trascendente. Se esperaba la clasificación por la supuesta diferencia entre España y Marruecos, pero muchos aficionados quisieron seguir las evoluciones de La Roja en las terrazas de Vigo y toda su área. Vigo, Redondela, O Porriño y, cómo no, Moaña, la tierra de Iago Aspas.
No fue un partido plácido. Más bien, todo lo contrario. España sufrió e hizo sufrir al verse hasta en dos ocasiones por debajo en el marcador. Pero en la recta final apareció la magia del céltico Aspas  y la emoción del VAR.
El sistema de videoarbitraje iba a ser determinante, al dar como válido el tanto del celeste mientras, en el choque de Portugal e Irán, concedía un penalti que la selección asiática convirtió en el empate y en el liderato de España.
Contra todo pronóstico, visto lo visto hasta entonces, hubo fiesta y celebración final. Explosión de júbilo en las terrazas. No hay niebla que nuble a Aspas.n

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