La ruidosa afición del Guardés marcó el nivel sonoro de un derbi con un millar de asistentes
Porriño tiene piedra, A Guarda tiene más". Con este cántico –algún seguidor porriñés se cuestionaba si se referían al monte Santa Tegra– concluía la afición del Mecalia Guardés sus festejos en el derbi gallego de la máxima categoría. Lo esgrimieron durante la segunda parte y fue el elegido para dar por finalizada su activa participación en el choque, junto con la foto final del equipo posando con ellos.
Esa imagen de la plantilla con su afición era obligada. En el calentamiento hicieron sentir a sus jugadoras que estaban en A Sangriña, lo mismo que en la segunda parte o cuando pintaban bastos (24-23).
Y es que fueron numerosos los seguidores guardeses que se citaron en el Centro Polideportivo Municipal, con tres cuartos de entrada y el secretario de Estado para el Deporte, José Ramón Lete, y la secretaria xeral, Marta Míguez, en el palco. Tan numerosos que una parte del triunfo se debe a ellos. Reventaron los niveles permitidos de ruido con seis tambores (por solo dos de la afición porriñesa), hicieron ondear la bandera de A Guarda, y reprodujeron fielmente a nivel auditivo cómo se las gasta la peña O Inferno en A Sangriña.
El choque concitó seguidores de más puntos. El Lanzarote Puerto del Carmen, que juega hoy en Chapela (División de Plata) tampoco se lo perdió. ¿Y la afición porriñesa? Bien. Políticamente correcta, digamos. Se dejó sentir con mayor brío en el segundo periodo y contó con el apoyo de un grupo de jóvenes jugadoras del Andebol Caminha, que enloqueció cuando al final del partido Babi Rodrigues se acercó a abrazarlas. Pero para tumbar al vigente campeón se necesita una asistencia más pasional, capaz de convertir el ataque rival en un martirio sonoro. Y en eso el Mecalia goza de un respaldo de lujo.
A Sangriña es su casa, pero O Porriño, con su amplio espacio, también es cómodo.n
