El mago armenio del Manchester United

Mkhitaryan, durante el derbi de la semana pasada ante el City.
photo_camera Mkhitaryan, durante el derbi de la semana pasada ante el City.

Henrikh Mkhitaryan es uno de los fichajes que solicitó Mourinho a su llegada al banquillo de los 'diablos rojos' el verano pasado

Cuando Jose Mourinho se hizo cargo del banquillo del Manchester United el verano pasado, no quiso hacer una revolución en una plantilla plagada de estrellas. Sólo hizo cuatro fichajes. Los 'diablos rojos' incorporaron al prometedor defensa Erick Bailly, procedente del Villarreal a cambio de 38 millones de euros; el veterano delantero Zlatan Ibrahimovic llegó libre desde el PSG; reventaron el mercado abonando 105 millones a la Juventus para contratar a Paul Pogba y pagaron 42 millones al Borussia Dortmund para hacerse con los servicios de un futbolista de origen exótico y enorme talento: Henrikh Mkhitaryan. Un "mago" cuya aportación en la Liga Europa ha sido decisiva.
Capitán y máximo goleador histórico de la selección de Armenia, Mkhitaryan nació en Ereván en 1989. Su padre era Hamlet Mkhitaryan, futbolista profesional que también fue internacional absoluto con su país y llegó a jugar en Francia. En la localidad gala de Valence pasó parte de su primera infancia Henrikh, mientras su progenitor defendía los colores del ya desaparecido ASOA Valence, equipo fundado por franceses de origen armenio, como lo era también el ASA Issy francés, último equipo en el que jugó Hamlet antes de que le detectaran el tumor cerebral que acabó con su vida. Debido a esa enfermedad, los Mkhitaryan regresaron a su país y el padre del ahora futbolista del Manchester United falleció en Erevan con sólo 33 años de edad, un duro golpe que empujó a Henrikh a seguir los pasos de su progenitor.
Mkhitaryan no tardó en destacar en el Pyunik de la capital armenia y con apenas 20 años fue traspasado al Metalurg ucraniano. De ahí pasó al Shakhtar, rival del Celta en los dieciseisavos de final de la Liga Europa, en el que militó  tres temporadas. El Metalurg pagó 350.000 euros por él, el Shakhtar desembolsó 5,8 millones de euros y en 2013 el Borussia Dortmund pagó 27,5 millones por un futbolista que entonces ya estaba considerado como uno de los centrocampistas más talentosos de Europa.
Mkhitaryan siguió creciendo en Alemania y defendió la camiseta del Dortmund en 140 partidos oficiales, en los que hizo 41 goles y repartió 49 asistencias de gol. Así hasta que el pasado verano el Manchester United de Jose Mourinho fijó sus ojos en él. El Borussia, consciente de que sólo le quedaba un año de contrato, aceptó vender al talentoso futbolista a cambio de 42 millones de euros.
En el Manchester, Mkhitaryan ha podido demostrar su talento, pero le ha costado ganarse la confianza de un Mourinho que le pide algo más que "magia" al armenio. "A veces, la mejor manera de proteger a los futbolistas es no ponerlos a jugar. Mkhitaryan estaba adaptándose y yo estaba protegiéndolo. Podíais ver las cosas mágicas que hace en el campo, pero yo también quería ver otras cosas y ahora está jugando realmente bien", explicaba el portugués en febrero.
Ahora, el armenio acumula ya 35 partidos con el United en los que ha hecho 10 goles, cinco de ellos en la Liga Europa. El jueves, Mkhitaryan será una de las grandes amenazas para el Celta.n

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