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Hijos de tiempos de gloria

Los técnicos Suso Penedo y Yolanda Sienes posan con sus jugadores en el pabellón de Coia.
photo_camera Los técnicos Suso Penedo y Yolanda Sienes posan con sus jugadores en el pabellón de Coia.

Nueve de los jugadores del Vigo nacieron en la época en la que el club competía en Europa

El Club Vigo ha vuelto a sus orígenes, centrado en la base y con un primer equipo formado eminentemente por gente de la casa, jóvenes jugadores que hasta hace un suspiro competían entre juveniles. Lejos quedan los tiempos de gloria en los que el Vigo se codeó con algunos de los mejores clubes de Europa. Hoy queda el recuerdo, una alegre mirada al pasado, y la ilusión de que la plantilla actual, con nueve jugadores nacidos precisamente en esa época dorada (1994-1997), devuelva a la ciudad a la élite del voleibol nacional.
"Tengo muy bonitos recuerdos por muchas circunstancias. En primer lugar porque fuimos capaces deportivamente de llegar a algo que siempre habíamos considerado inalcanzable. Fue un sueño ver al equipo en competición europea. Nunca lo hubiéramos imaginado", rememora el sempiterno presidente del Club Vigo, Guillermo Touza. El equipo disputó la Copa CEV (Confederación Europa de Voleibol) en dos ocasiones, en la temporada 1994/1995 y 1996/1997.
"Pensábamos que sería un paseo triunfal en contra, que nos sacarían de delante", admite Touza. Nada más lejos de la realidad. El Club Vigo se plantó en octavos de final ante el todopoderoso Milan Volley de Berlusconi después de eliminar al Torpedo Odesa ucraniano, al Ionikos Athenas griego y al SC Riga letón. "Contra el Milan conseguimos hacer un set, que ya fue un gran éxito para nosotros", valora el presidente, que recuerda el gran ambiente de unas eliminatorias disputadas en el pabellón de As Travesas y retransmitidas por la Televisión de Galicia.
Eran tiempos de bonanza económica, temporadas en las que el patrocinio de Larsa permitió al Vigo asentarse entre los grandes del voleibol nacional. Hoy, el club vuelve a girar sobre su cantera. "Teníamos un gran patrocinador que nos permitía hacer una competición relajada en el aspecto económico, algo que no nos podemos permitir ahora mismo. Hemos vuelto a retomar los inicios del club, volver a trabajar con la cantera, la base, trabajar con la gente de Vigo. Da la impresión de que por mucho esfuerzo que hagas, pasado mañana viene alguien con algo de dinero y se lleva a los jugadores", lamenta Guillermo Touza.
El equipo repitió en la CEV en la campaña 1996/97, pese a las reticencias del presidente. "No quería participar porque el gasto económico era grande, pero el resto de la gente estaba ilusionada y había un patrocinador al que evidentemente le interesaba. Éramos noticia a nivel nacional, estábamos a la altura de clubes como el Unicaja Almería o el Palma", explica. El Vigo superó en primera ronda al Mladost Brcko bosnio, pero después cayó en la fase de grupos al perder sus tres partidos frente al Holte danés, el Jihostroj Ceske Budejovice checo y el Lausana suizo.
Han pasado dos décadas desde  aquellos años, en los que nacieron nueve de los componentes de la actual plantilla –Pablo Alonso (1995), Luis Linares (1995), Daniel Ortega (1995), Adrián Pérez (1996), Nathan Matos (1996), Rubén Táboas (1996), Pablo Penedo (1996), Óscar Sánchez (1996) y Saúl Cerviño (1997)–, canteranos que defienden los colores de un equipo al que cuesta imaginar de nuevo en Europa. "No te digo que sí ni que no, pero ahora lo veo muy difícil. La situación económica no es la ideal para tener un patrocinador, imagina para pedir uno que nos cubra gastos de una temporada en la máxima categoría. Hay que ir paso a paso, pensando que ahora mismo tenemos la plantilla más joven de España y, a partir de ahí, siempre con gente de la casa, crecer dentro de la categoría en la que estamos. El día que podamos dar el salto, lo daremos sólo si hay un apoyo económico grande. No vamos a ser trapecistas sin red", asume Touza.
El presidente añora aquellos tiempos en los que el nombre de Vigo se paseó por Europa gracias también a otros clubes como el Celta Bosco o el Octavio. "Fuimos, hasta hace bien poco, una de las ciudades españolas con más peso en el mundo del deporte. Poniendo al margen el fútbol, donde fuimos importantísimos y lo seguimos siendo, el resto llegamos a estar arriba de todo. Pero tampoco soy pesimista. Espero que desde todas las instituciones se le dé un empujón al deporte de élite y volvamos a estar otra vez donde estuvimos antes", indica Guillermo Touza, que también confía en volver a contar con apoyo privado: "Vigo es muy pujante y al mundo empresarial tenemos que seguir concienciándolo de que realmente invertir en el deporte es positivo para la empresa y la ciudad".n

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