celta

Explosión de explosividad

nnn El fichaje de Sofiane Boufal por el Celta es sorprendente en todos los sentidos. Lo es por no haber sonado –algo ya habitual en 'Casa Celta'–, pero sobre todo lo es porque Antonio Mohamed aseguró en su primera rueda de prensa que la idea era reforzar al equipo en la parte de atrás. Opción lógica si se tiene en cuenta que la parcela ofensiva está bien cubierta en cuanto a calidad y a cantidad. Además, el nuevo fichaje celeste tiene un perfil muy similar al de Emre Mor y, sobre todo, al de Pione Sisto. Rápido, físico, con buenas conducciones y con su hábitat natural situado en el costado izquierdo, desde el que sale hacia el centro para buscar el disparo a portería o filtrar algún pase en profundidad. No es un futbolista asociativo, ni un entendido del juego de posición. Con Boufal, el Celta ficha explosividad. Más explosividad. Junto a los citados Sisto y Mor, además de Aspas, Mohamed tiene a su disposición un perfil de atacantes de alta velocidad y verticalidad.
El parisino anotó este año el mejor gol de la Premier, en una acción que saca a la luz todas sus virtudes: conducción precisa y vertiginosa, cambios de ritmo y desborde en carrera. Sin embargo, también arroja uno de sus defectos: la jugada empieza embarullada porque Boufal tiene baja la cabeza. El entendimiento del juego no es una virtud del nuevo fichaje, igual que no lo es de Sisto ni de Mor. El Celta apuesta así por un ataque capaz de caer cual avalancha sobre el rival tras cada recuperación.
El internacional marroquí también puede actuar por dentro, como mediapunta. Juegue donde juegue, necesita tener mucho contacto con la pelota para brillar. No es un jugador de desmarques al espacio, sino de recibir la pelota al pie y arrancar. Si Mohamed es capaz de involucrarle en la presión alta, será un puñal tras cada robo. Un búfalo más para la estampida. Los problemas pueden llegar cuando el equipo ataque bloques bajos y necesite claridad. De nuevo Aspas tendrá que ser creador y ejecutor.n

Te puede interesar