VAL MIÑOR

Feliciano Figueiró dona su última maqueta, el monasterio de Oia

La representación del monasterio de Oia de 1,60m x 1,35m x 1,20m pesa más de 50 kilogramos y fue donada ayer por el maquetista.
photo_camera La representación del monasterio de Oia de 1,60m x 1,35m x 1,20m pesa más de 50 kilogramos y fue donada ayer por el maquetista.

400 horas distribuidas a lo largo de 10 meses de trabajo minucioso. La obra estará expuesta en la iglesia del convento  oiense

nnn Feliciano Figueiró es un viejo conocido del municipio de Nigrán por su pasión hacia las maquetas, una afición que comenzó en la década de los 60, momento en el que Feliciano se encontraba embarcado en alta mar. En 2013 realizó la catedral de Tuy, que actualmente se encuentra tapada en su garaje a la espera de que sea recibida por la Diócesis de Tuy-Vigo. 
En esta ocasión su ambición por representar colosos arquitectónicos a escala le hizo dar un paso adelante con la construcción del monasterio de Oia, que además donó ayer de manera gratuita a la iglesia del propio convento. Un trabajo digno de admiración realizado sobre una base 1,60 metros de largo por 1,35 de ancho, su campanario supera el metro de altitud. Los materiales para dar forma a las edificaciones a escala son pocos, plafones de madera que va cortando y encolando, y para dar rigidez a la estructura se vale de las varas de las bombas de palenque que pega cuidadosamente en los ángulos de las fachadas laterales y principales. Las texturas de las paredes las consigue soplando arena sobre las superficies frescas, previamente pintadas a mano.  Los bloques de granito los imita haciendo unas marcas sobre una escuadra de manera que queden todas a la misma distancia.  Son tantas las representaciones que lleva realizadas este nigranés, nacido en 1938, que se le están acabando sus cartuchos aun así mantuvo que pensará en un nuevo edificio para fusilar este invierno. 
Debido al gran tamaño se ve en la obligación de construirlas por módulos que posteriormente ensambla en el sótano de su vivienda en Camos, en donde guarda fachadas de muchas catedrales españolas o la de La Sagrada Familia. Cuando le preguntan por las horas que dedica a la maqueta Figueiró pierde la cuenta, pero después de pensarlo un poco calcula unas 300 o 400 horas aunque lo más costoso para él son los tejados, que talla a mano con su navaja teja por teja, los resultados hablan por sí solos.  Para registrar la horizontalidad en los planos de vale de sus piernas, mientras que para la verticalidad utiliza la intuición. Con estos ingredientes elabora sus bocetos y planos con el fin de respetar lo máximo posible las proporciones de las construcciones, que ya son más de una veintena, y para los detalles las fotografías son sus mejores aliadas. Aun así el maquetista experto confesó que la de Oia no está completa debido al tamaño que quiso darle a la portada de la iglesia como al campanario, además las naves son un poco más cortas que en la realidad. El estado de deterioro en el que se encuentra el monasterio obligó al artista a tirar un poco de la improvisación.  
De las 25 que realizó, Figueiró donó cerca de una docena y explicó que la mala experiencia que tuvo en Nigrán lo llevó a entregarlas con un contrato por el que los beneficiarios tienen que dedicarle una serie de cuidados y de no cumplirse, éste podría reclamar la obra cedida. n

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