Los negocios tras el Covid en Vigo cogen impulso salvo el comercio y la hostelería
NUEVA ECONOMÍA
La recuperación le cuesta más a los sectores relacionados con los servicios que a los vinculados al hogar
La vuelta a la actividad no está resultando homogénea para todos los sectores económicos, así se aprecia en el muestreo realizado por Atlántico entre catorce establecimientos de diferentes ámbitos. Mientras a la hostelería y a los negocios relacionados con los servicios les está costando, otros como muebles y decoración, relacionados con el hogar, se convierten en los establecimiento revelación de la era pos-covid. La caída del turismo, el teletrabajo o el éxodo a segundas viviendas hizo caer la actividad en bares y cafeterías. Solo los que cuentan con terrazas al aire libre capean el temporal.
Las administraciones de Loterías son un daño colateral de la falta de facturación en la hostelería. Deja de venderse la lotería a empresas y se tienen que mantener con el despacho por ventanilla, donde se imponen las apuestas de menor cuantía para sorteos como La Primitiva o el Euromillón, así como juegos activos.
La oferta relacionada con el mercado infantil, tanto moda como material escolar, está en fase de espera hasta que se desvelen las dudas sobre si habrá vuelta a las aulas o no. Actividades paralelas como clases de costura están canceladas por lo que pequeños negocios como las mercerías pierdan ingresos complementarios.
Tiendas de moda, centros de estética o peluquerías y ferreterías mantienen su demanda, con diferencias según la gestión que hubieran hecho durante el confinamiento. Al igual que sus clientes, el pequeño comercio continúan con su actividad con los ojos puestos en septiembre, donde crece la incertidumbre.
“Quiero ser optimista, pero noto ansiedad ante la duda de si habrá colegios o no”
La tienda de ropa infantil Kids invaders ofrece sus novedades en la Praza Elíptica. En el último mes ha registrado un descenso en las ventas que achaca al miedo a los rebrotes. “Ya tengo la mercancía de otoño en la tienda, quiero ser optimista, pero noto ansiedad entre los clientes ante la duda de si habrá colegios o no; yo dependo de eso, ya que ahora muchos estarían comprando la equipación para el curso”, apunta Cristina Susanaga, que regenta la tienda.
“Las ventas son muy buenas, nos fallan los proveedores y la materia prima”
Germán Vázquez, de muebles Tifón, en la Avenida de Madrid, valora muy positivamente la demanda de su sector. “Las ventas son muy buenas, nos piden muebles de todo tipo, lo que nos fallan son los proveedores, empezamos a tener problemas para atender las peticiones por falta de materia prima”. Pese a la situación actual, Germán Vázquez ve con incertidumbre al futuro próximo. “Se nota miedo a los rebrotes y a no saber qué va a pasar en los próximos meses”.
“La Primitiva y los juegos activos cogen fuerza, pero la Lotería Nacional cae”
La administración de lotería El Búho reparte suerte desde Urzaiz. Su responsable Vicente López considera que el sector sigue algo parado. “La Primitiva y los juegos activos van cogiendo fuerza, pero la Lotería Nacional cae; nosotros trabajamos con tiendas y con bares, pero se nota la baja con el cierre de los negocios y la falta de los turistas que compraban ya en estas fechas la lotería de Navidad; en ventanilla sí se recuperó, seguimos atendiendo al cliente de siempre”.
“La reacción de los clientes fue fenomenal, todos quieren apoyar al comercio local”
Patricia Balbuena está al frente de la tienda de moda Patt & Pau, en López Mora. Está muy contenta con la reapertura del negocio. “La reacción de los clientes fue fenomenal, todos quieren apoyar al comercio local, comprando algún detalle para ellos o para regalar, es el año en que menos me preguntan por las prendas rebajadas; también es cierto que el buen tiempo ayuda mucho; ya entró la colección de otoño y se empieza a vender”.
“Se nota la falta de turistas, pero con la terraza estamos al 80% de un año normal”
Eusebio Prado, de Nuevo Derby, en Urzaiz, se resiente ante el descenso de visitantes en Vigo, aunque está satisfecho con el movimiento en el negocio. “Se nota la falta de turistas que suelen pasar por esta zona, pero aún así estamos trabajando bien, a un 80% de un año normal, sobre todo con la terraza, a los clientes valoran estar al aire libre y manteniendo la distancia de seguridad, son muy conscientes de las medidas de prevención”.
“Comienzan a comprar los libros de texto pero con mucha incertidumbre”
Eva María Figueiras combina en la librería Avalón, en la Avenida Castrelos, la venta de libros y material de papelería con la prensa por lo que no paró durante el confinamiento. En verano notó un descenso en las ventas, sobre todo por el miedo a lo que pueda pasar en otoño. “Comienzan a comprar los libros de texto para el próximo curso pero con mucha incertidumbre porque aún no está claro que los niños vuelvan a las clases”.
“Es muy complicado, no hay colegios y en las empresas trabajan por turnos”
Perfecta María de Castro está al cargo de O Recanto, en López Mora. El regreso a la actividad está resultado difícil, al haber menos movimiento: “Es muy complicado, no hay colegios y las empresas trabajan a turnos, muchos clientes no han vuelto tras el confinamiento, pese todas las medidas de seguridad y desinfección la gente tiene miedo al contagio y no nos permiten la ampliación de la terraza; espero que las cosas mejoren o en septiembre habrá que plantearse el cierre”.
“Se está vendiendo alguna mascarilla, pero no tenemos clases, ni actividad de taller”
Nieves Comesaña, de la Mercería Barrosiña, en Gondomar, ve complicada la recuperación. “Se está vendiendo alguna mascarilla, aunque sin mucho volumen, no tenemos clases, ni actividad de taller y con las ventas de la tienda no nos da; esta es un establecimiento de pueblo y la situación cambió mucho, aquí hay vecinos que se quedaron sin ingresos o que están en ERTE por lo que se miden mucho al gastar, cuando antes compraban un ovillo de lana por 3 euros, ahora les parece muy caro”.
“Bajamos en picado, no hay turistas y los clientes están en segundas residencias”
Moncho Hermida, de la Casa Moncho, en Doutor Cadaval, reconoce que el regreso es muy difícil: “Vamos mal, bajamos en picado, no hay turistas y los clientes están en segundas residencias o con el teletrabajo”: Hermida calcula que está facturando un 75% menos: “Es complicado mantener los precios cuando los mariscos y los pescados de la Ría están más caros”. Así apunta que en su última compra le ofrecían coruxo a 33 euros, “no lo traje, no puedo arriesgarme a que no lo pidan”.
“Ante la duda aplazaremos la adquisición de material escolar a septiembre”
Teresa Márquez gestiona la papelería Mil Follas, en el Concello de Ponteareas. “El verano siempre es una época floja para nosotros, pero este año lo está siendo aún más por la incertidumbre de si habrá vuelta a las aulas; por ahora no hay demanda y ante la duda aplazaremos la adquisición de material escolar a septiembre”. Márquez reconoce que estos meses hay poco movimiento, “algún libro como lectura de verano” y espera que las ventas se animen con los escolares.
“Siempre hubo limpieza, pero ahora es escrupulosa, los clientes tienen total confianza”
Braulio Gómez lleva en O Calvario Braulio Perruqueiros desde hace seis años. Trabaja con cita y sin cita. El nivel de trabajo es bueno, aunque tiene que restarle el tiempo de la desinfección: “Siempre hubo limpieza, pero ahora es escrupulosa y mis clientes, en su mayoría personas mayores, tienen total confianza”. Tras el periodo de confinamiento, ha mantenido la fidelidad de sus usuarios, pero también ha incrementado nueva clientela. “No hay queja, estamos trabajando con normalidad”.
“Entre el miedo a la crisis y las obras de Gran Vía nos han fulminado”
La zapatería ‘Greta & él’, en la calle Ecuador, de Marta Muíños, no está pasando su mejor momento. “Entre el miedo a la crisis y las obras de Gran Vía nos han fulminado, la gente se enfrenta al paro a los ERTE, ante tal incertidumbre económica, no quiere gastar”. Ve el comportamiento de los clientes diferente en relación a otros años: “No tiene nada que ver con otra temporada de rebajas, ahora van en busca de las oportunidades; en breve recibiremos la mercancía de otoño sin saber cómo va a ir”.
“La recuperación va lenta, con el protocolo se reduce el número de pacientes”
Dentamia, de la odontóloga Paula López, en la avenida de Castrelos, adapta su servicio a las nuevas exigencias. “La recuperación va lenta, con el protocolo se reduce el número de pacientes que se atiende porque aumenta el tiempo entre las consultas, al tener que ampliar la distancia social tampoco pueden esperar en sala”. Por el momento quieren mantener los precios. “Hay que asumir nuevos gastos como el uso de hidrogel o las mascarillas para quien no las traiga”.
“Tenemos la misma demanda, pero menos tiempo para despachar a los clientes”
Las ventas en la ferretería Bimca, en Salvaterra, se están recuperando. “Tenemos la misma demanda que antes del confinamiento, pero menos tiempo para despachar a los clientes; al limitar el aforo en la tienda y aumentar las distancias, la atención no es tan dinámica, pero la gente cada vez es más impaciente”, afirma el responsable, Pablo Portas. Ahora ya están todos los empleados en activo y hubo nuevas contrataciones para cubrir las vacaciones.n
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