Opinión

Operación Amanecer Rojo

Red Dawn” –“Amanecer Rojo”- es una película bélica estadounidense del año 1984 en la que un grupo de alumnos adolescentes de una escuela secundaria de Colorado, aprenden sobre la marcha y aplican tácticas de guerra para defenderse de las tropas soviéticas que se apoderan de su ciudad. Cuatro pimpines con cuatro piedras, tres rifles y cócteles molotov ponían en jaque a lo más granado de la avanzadilla del ejército ruso que nadie sabía cómo había llegado hasta allí. 

Es muy probable que entre el dossier sucinto que le habrán pasado al Presidente de los Estados Unidos sobre la tensa situación actual con Rusia, se haya incluido el film como documentación gráfica, en el que se puede ver en acción a un joven y enérgico Patrick Swayce liderando con éxito la revuelta antes de pasarse al dirty dancing y convertirse en fantasma (“Ghost”), y a un Charlie Sheen que hacía sus primeros pinitos con las armas y acaudalaba la experiencia que le metería de lleno en la guerra de Vietnam en “Platoon”. 

Por eso dicen que Biden está tranquilo -o al menos eso aparenta- en relación con el despliegue de tropas rusas que rodean a Ucrania y la clara posibilidad de su invasión en el mes de febrero, a pesar de que el ministro de Asuntos de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, haya afirmado que si depende del Gobierno de Putin no habrá guerra. El presidente americano, que a micrófono abierto calificó a un periodista de “estúpido hijo de perra” por una pregunta que le pareció impertinente, tendrá posiblemente algún que otro calificativo cariñoso para Putin, que utilizará con regocijo en ambientes distendidos o de carácter castrense. A lo mejor incluso se permite el peligroso lujo de infravalorar al presidente ruso. 

Mantiene sin embargo la calma Estados Unidos sobre el papel y en sus declaraciones, con una postura firme en la dirección de devastadoras sanciones contra Rusia si invade Ucrania, para lo que cuenta con el apoyo unánime de los aliados europeos y la OTAN. Y por aquello de “a Dios rogando, pero con el mazo dando”, USA no pierde la ocasión de enviar toneladas de armamento a Ucrania para reforzar sus defensas frente a la creciente agresión rusa. Mientras tanto, esos malditos bolcheviques rodean el país con más de cien mil soldados y despliegan todo tipo de maquinaria bélica pesada a la que le viene muy bien su puesta en circulación para cargar baterías y limpiar bujías. También los soldados se sienten útiles y se palpa la emoción cuando les permiten durante las maniobras pegar unos tiros y largar unas buenas docenas de obuses, que manchan con hollín los níveos uniformes de invierno. 

Aunque pueda parecer imposible una guerra hoy en Europa, dicho acontecimiento es verosímil. Sobre todo teniendo en cuenta los intereses creados y los egos –e irresponsabilidad- de los líderes políticos en liza. Conviene no olvidar que Putin cabalga por la congelada estepa a pecho descubierto y es cinturón muy negro de Judo octavo Dan, además de experto en otras artes marciales. Y que cualquier chispa puede hacer volar por los aires una paz tensa y meternos directamente en la “Operación Amanecer Rojo” que, lejos de películas, sería una catástrofe más inasumible para la humanidad. Por favor, tengan cuidado, porque “inteligencia militar son dos términos contradictorios” (Groucho Marx).

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