Opinión

La cumbre del clímax

Si el clímax es el punto más alto o la culminación de un proceso, la cumbre del clímax deber ser la satisfacción absoluta o la demostración empírica del éxito. No es esta la cumbre que se está celebrando estos días en Madrid, por eso sé que todos estos días de ponencias, exposiciones científicas, acciones de concienciación, intervenciones dramáticas y predicciones apocalípticas fundadas, servirán de poco para que quienes pueden hacer algo real por el clima del planeta den siquiera el primer paso en la dirección correcta hacia la cima.
No es un tema de toma de conciencia. Los responsables de los grandes gobiernos y los imperios empresariales y lobbies que mueven los hilos que manejan este mundo de marionetas son perfectamente conscientes del calentamiento global y de la necesidad de tomar medidas para combatirlo, pero –como dice el lema de la Cumbre- “todavía hay tiempo”. Pero para ellos es mucho tiempo, y mientras escuchan hablar del tema con calma, harán algún gesto, comprando su Rolls Royce eléctrico hecho a medida con carísimos materiales reciclados y ordenando fabricar bolsas biodegradables para que los consumidores puedan llenarlas con satisfacción.
Si el nivel del mar se eleva, pueden instalarse en su casa de la montaña, o en el dúplex de Manhattan, más cerca quedará la playa. El aire acondicionado tendrá controlada la subida de la temperatura, especialmente en la mansión y en los centros comerciales. Lejos se ven las plagas bíblicas que anuncia la comunidad científica o con las que amenaza la influencer Greta Thumberg. Las aguas rojas, ranas, moscas, piojos, pestes y langostas que asolaron el Egipto de las Sagradas Escrituras no están a la altura de las preocupaciones de líderes como Trump, por muy temeroso de Dios que sea el pueblo americano.
Más seria sería la séptima plaga, la lluvia de granizo y fuego. Esta me impone respeto hasta a mí. Y la visita del Ángel Exterminador sería probablemente definitiva. Podría tener una intervención crucial en la última Cumbre, la del Clímax o culminación del proceso. Pero ese orgasmo no lo sentiremos los que ponemos nuestro granito de arena en un castillo que se derrumba siempre desde arriba.  Queremos ir al cielo por el clima, pero tendremos el infierno por la compañía.

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