Opinión

Coñac

Cuando se recuerdan campañas de publicidad de antaño siempre sale el anuncio de una mujer que le sirve una copa de coñac a su marido recién llegado del trabajo. Era lo normal en una determinada época de cuando las mujeres no podían abrir una cuenta corriente en un banco o necesitaban el permiso del marido para realizar muchas actividades que ahora son cotidianas. Algunos parece que viven todavía en esa época de mujeres obligadas a ser más serviles que serviciales, como el individuo vigués que le ha tirado un plato a la cabeza a su mujer porque no le tenía la cena preparada. Está acusado de un delito de violencia de género y debiera serlo también de machismo impenitente. Es de la estirpe de los que no se han enterado de los cambios sociales y viven todavía en la época del anuncio del coñac y piden que les pongan el plato en la mesa y, si llega el caso, las zapatillas en los pies. Un coñac, o brandy, de los años setenta se anunciaba con el eslogan “es cosa de hombres”. Como la violencia de género.    

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