Opinión

Siempre tendremos Lugo

El título de esta sección se aligera en 2023. Días y coplas xacobeas pierde parte de su titulación quedándose con el nombre y desprendiéndose del adjetivo, esa coletilla de llamamiento que ha venido conjugando lo acaecido en esta columna a lo largo de estos dos años sumados como xacobeos.
Con la venia y el salvoconducto del pasado llegamos al final de la carrera y la antorcha se pasa de un año a otro. Un tránsito anómalo ya que 2022 ha lucido cartel de Año Santo, Año Jubilar y Xacobeo. Tres denominaciones de origen a falta de cumplir con la necesaria  naturaleza del calendario  pregonando como dominguero el 25 de Julio. La excepcionalidad papal nos ha permitido coronar el lunes 26 como xacobeo y a esta columna le ha dado alas para inmovilizar el tiempo y numerosas facultades para transcribir lo que su paso ha suscitado. El poder de la escritura, ya se sabe, congela el tiempo y en ese proceso de transformación seguiremos contando el cuerpo de los días y el alma de las coplas que suenan, cada vez más a disgusto de la mayoría, pero que el sentir de la fuerza interior nos hace agarrarnos a sus letras.
No parece casualidad que hoy vengamos a recordar a los padres de la Virgen María, Santa Ana y San Joaquín abuelos del Mesías cuyo nacimiento celebramos, culpables de que el veintiséis de Julio sea el día de los abuelos, esa celebración que ha dado la categoría de Xacobeo a este 2022 que deja la mirada puesta en la indulgencia plenaria del 2027. Pero como toda lucha por la supervivencia siempre hay remedios. Humphrey Bogart le dice a Ingrid Bergman en la película Casablanca: “Siempre tendremos París. No lo teníamos, lo habíamos perdido...”  y nosotros tenemos Lugo, la ciudad más antigua de Galicia. Su atractivo turístico crece cada año al compás del Camino de Santiago. Una ciudad que también hace gala de la especial combinación en trío con la categoría de Patrimonio de la Humanidad en el Camino Primitivo,  en la catedral y en la muralla romana.
Es extendido el conocimiento de que en la Catedral lucense de Santa María el Santísimo Sacramento está expuesto en el altar mayor las veinticuatro horas del día; pero no lo es que todos los años son santos en Lucus Augusti. El Papa Francisco ha renovado la Indulgencia plenaria, cotidiana y permanente, un privilegio que viene desde 1860 y que supone para muchos peregrinos la continuidad a estos dos años que pasan a la Historia. Cuando el 31 de diciembre Monseñor Barrio cierre la puerta Santa, Puerta de los perdones de la Catedral de Santiago,  el obispo de Lugo,  Alfonso Carrasco Rouco,  continúa la campaña a la Catedral que tiene la Virgen de los Ojos Grandes que redime en la ruta más emblemática del camino primitivo. Y lo hace todo el año con identidad peregrina de cuando una puerta se cierra otra se abre.
 

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