Opinión

Braga, nuevo jugador en el medio de Vigo y Oporto

La mayor ciudad de la Eurorregión entre el Duero y el Cantábrico gallego continúa siendo, y con diferencia, Vigo, con cerca de 300.000 habitantes. Detrás, A Coruña, con 245.000. La tercera posición sería para Oporto, que apenas alcanza los 230.000: no deja de perder población desde que se inició el siglo pero pese a ello mantiene intacto su poder e influencia gracias a que encabeza un área metropolitana constituido por un millón de vecinos y su marca poderosa, aunque en la ciudad de Oporto no están ni siquiera las bodegas del vino que lleva su nombre, mucho menos su famoso aeropuerto ni tampoco el puerto, que se encuentran físicamente en la vecina Matosinhos. Y la cuarta posición es para Braga. Detengámonos en ella. Vigo creció en lo que va de siglo entre 7.000 y 10.000 habitantes, que no es poco aunque lejos de las previsiones más optimistas del difunto Plan General de 2008. A Coruña se ha mantenido con escasas variaciones -y apenas tiene posibilidades de crecer, su término municipal es minúsculo, un tercio del vigués- en tanto que Oporto ha perdido residentes a chorro en parte por la decadencia de su centro histórico y por los precios de las viviendas, que han expulsado vecinos a los municipios anexos, incluido Gaia, justo al otro lado del Duero, que ya lo supera en población aunque no en influencia. 

Braga hace 20 años no era más que una pequeña ciudad que sobrevivía de su glorioso y lejano pasado. Hoy es la tercera de Portugal, con casi 200.000, tras haber ganado 20.000, y su progresión no parece haberse detenido. Cuenta con dos universidades, un patrimonio espectacular cultural y ahora además es un centro tecnológico puntero en Europa y comercial en la Eurorregión, como bien saben miles de vigueses que peregrinan hasta la vieja capital de la Gallaecia romana. Todo ello no ha pasado sin razón. Uno de los motivos ha sido el cambio en la alcaldía, con el dinámico Ricardo Rio, que sustituyó en el cargo al socialista Mesquita Machado, quien llevaba la friolera de 37 años al frente de la ciudad: la ley portuguesa limitó los mandatos a un máximo de tres, 12 años. Parecen suficientes. El cambio que le ha pegado a Braga es visible y miles de gallegos, sobre todo vigueses, han puesto la atención en una ciudad que se encuentra a una hora de viaje y que por su situación en el medio de Vigo y Oporto, como reconoce Rio, ha conseguido convertirse en el nuevo jugador, el más improbable hace apenas una década, en el partido por lograr el liderazgo de la Eurorregión.

Te puede interesar