Se manifestó el consistorio vigués sobre la autopista del Atlántico y la última sentencia, de esta misma semana, que literalmente paraba los pies a la pretensión de la concesionaria Audasa de conseguir una compensación millonaria por las pérdidas durante el covid. El Tribunal Supremo fue excepcionalmente claro y muy duro al señalar en el fallo de forma expresa que Audasa no puede aspirar siempre a ganar lo que quiere, unos beneficios excepcionales a base de un peaje que no ha dejado de crecer y que seguirá haciéndolo durante los próximos 24 años.
Así que concuerdo con la primera parte de lo expresado por el consistorio -no es justo ni lógico que se mantenga el peaje- y discrepo en la segunda -que será este Gobierno el que lo solucione-. De esto último puede dar cuenta Diego Maraña, presidente de una asociación de usuarios que lleva años tratando de liquidar el pago a través de una vía jurídica singular: considerar que la ampliación de la concesión -en dos ocasiones, primero el Ejecutivo de González con el PSOE; luego el PP con Aznar- fue irregular al vulnerar las normas comunitarias sobre competencia. Algo de razón debe tener cuando el asunto lleva años en manos de la Comisión Europea y el Tribunal de Justicia de la UE, pero… con la oposición de este Gobierno, que oculta sus razones como un secreto de Estado y defiende mantener el statu quo y, por tanto, la autopista con peajes hasta 2048. Entre otras muchas cosas porque a Mr PS no le importa mucho Galicia en sus desquicios parlamentarios, como quedó de manifiesto en las autonómicas, donde parecía apoyar al BNG antes que al PSdeG. Aunque soy de Beatles (no hay color), aquí tomo prestado a los Stones: “You can't always get what you want”.
