Opinión

La solución Guixar

La empresa pública Sogama ha echado más raíces en Guixar. Buena noticia. Su ampliación supone que continuará muchos años más y que no se va a cuestionar el modelo actual, al que le pasa como a la democracia: es el peor sistema a excepción de todos los demás. En Vigo, desde hace 30 años no hay basura, ni vertederos, ni incineradoras ni factorías de transformación de residuos: cientos de toneladas salen a diario en tren hasta Cerceda, donde una planta específica se ocupa de convertir los desechos en electricidad o darles una nueva vida vía reciclaje. Quizá haya otras fórmulas, pero todas las que se han probado en Galicia han fracasado de forma clamorosa y sistemática, como ocurrió en Coruña y pasa en O Morrazo, que a menudo han tenido que recurrir a Sogama para evitar un colapso. 

La planta de Guixar, como tantas veces se ha recordado aquí, acabo con dos problemas de una vez: con la acumulación de basura y la existencia de un vertedero que 30 años después ya puede ser utilizado como parque, y así figura en el nuevo Plan General.

También desencadenó un conflicto tan brutal como artificial, con una montaña de bulos que se llevó por delante a un buen alcalde que hizo lo que debía. Incluso forjó un partido político de barrio, Sí Teis, que a punto estuvo de conseguir representación. Habría sido un desastre absoluto para Vigo porque el fenómeno con seguridad se habría replicado: tras Sí Teis, por qué no Sí Bouzas, Sí Coia, Sí Calvario o Si Valladares. Lo último que necesita esta ciudad todavía por construir. Por fortuna, las urnas dejaron aquel experimento fuera de la Corporación. Mientras, la planta de Guixar continúa ahí, como el famoso dinosaurio de Monterroso.

Te puede interesar