Opinión

La historia de un éxito

Un grave problema, la traumática salida forzosa de los barcos españoles/gallegos/vigueses de mares donde habían pescado durante décadas, se convirtió en la historia de un éxito gracias a ingenio y ganas de superarse. Armadores de Vigo se dieron cuenta de que contaban con buques congeladores y personal cualificado, aunque sin aguas donde faenar. La solución: montar empresas mixtas en países con caladeros pero sin barcos ni marinería. Por todo el mundo, desde el Atlántico sur al Índico y el Pacífico. El éxito tiene números: ha generado miles de euros y empleo en todo el mundo, más de 100.000 fuera de España y la Unión Europea. El caso de Malvinas es uno de los más exitosos, con 100.000 toneladas capturadas en las aguas que rodean las islas que los británicos llaman Falkland en un ejemplo de pesca sostenible y con acuerdos permanentes a 25 años, lo que permite renovar las flotas y seguir invirtiendo.

La Cooperativa de Armadores no solo puso en marcha las empresas mixtas ya en los años setenta y ochenta del pasado siglo, sino que al mismo tiempo organizó un eficaz lobby permanente de defensa de sus intereses, que son también los de Vigo, y que opera desde Bruselas hasta Buenos Aires. Está operativo 365 días y se mueve en el ámbito político amparado en datos científicos. 

Esta ciudad continúa viviendo de lo mismo que hace 60 años: la automoción y el mar, que suman empleo y riqueza, los dos pilares que se mantienen en pie todavía con solidez, aunque nadie puede estar seguro de hasta cuándo. No hay más que echar un vistazo a las recientes tensiones en Argentina -tanto en sus aguas como en la visión crítica de la pesca en Malvinas- y a los planes de Stellantis de expandirse por el norte de África, que no deja de ser una competencia.

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