Opinión

Tres de tres con el AVE

El Talgo Avril será el AVE, no habrá otro

El ministro Óscar Puente estuvo a la altura de su trabajada fama montando una perfomance a propósito de sus propias palabras sobre que habría que pedir a los Reyes que el AVE llegue a Vigo. Pues eso hizo: se trajo el AVE y los Magos en el mismo viaje con parada en la estación de Urzaiz, que se estrenó como destino de la alta velocidad. Aunque sea así, bienvenida. Porque este será el AVE que llegará a Vigo, las unidades del Talgo Avril, capaz de circular a más de 300 por hora y de hacerlo por vías de ancho ibérico (las que hay en Galicia en el eje atlántico, todavía no sé por qué razón) y las de ancho internacional, en el resto del trazado ferroviario hasta Madrid. 

Hace muchos años se prometió que el AVE llegaría a Vigo en 2012, lo haría por la variante de Cerdedo y tras realizar un recorrido de un máximo de tres horas hasta Madrid. Tres de tres. Será doce años después; por Santiago -como se advirtió desde el primer día y se negó mil veces- y después de pasar más de tres horas y media en el interior del Talgo Avril, por lo que no será del todo competitivo con el avión. ¿Es malo? No. Pero eso es lo que tenemos y tendremos. El AVE por Cerdedo es una entelequia con un coste que superaría los 2.500 millones y que incluso aunque hubiera impulso político, llevaría entre diez y veinte años de trámites, estudios, proyectos y obras. Una eternidad. Vigo perdió definitivamente ese tren, pero todavía podría ganar otras batallas. Por ejemplo, intentar reducir algo la duración del viaje con algunas ligeras mejoras que exigen una inversión reducida. Y presionando para que se construya la salida sur hacia Portugal, pero no en el 2040 sino mucho antes, como reclama de forma insistente el país vecino, nuestro mejor valedor. 

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