Opinión

Genio y figura

Esta mañana a primera hora sonó el teléfono. Era Katy (el alma del grupo del PP en el Senado). Siento su dolor y tristeza. Me pregunta por ti, Carlos ¿Qué pasó? Y le tuve que decir lo que nunca hubiese querido; que ya no vas a estar. Con esto quiero que sepas que allá donde has estado se te quiere y mucho. Y nunca se te va a olvidar. Porque, en el fondo no es cierto que te vayas, tu ejemplo, tu alegría, tus ganas de vivir y de hacer siempre van a estar con nosotros. Otras cosa es que seamos dignos continuadores de tu obra. Te puedo asegurar que nos va a costar. Y mucho.
Carlos ha sido de todo un poco y, en todo destacó, en todo se hizo un hueco y, en todo, dejó su impronta. Fue economista, abogado, político y hasta “futbolista” pero, sobre todo, fue GENIO Y FIGURA. Tenía una personalidad especial, entrañable y a la vez arrolladora. Un “carácter” pero un carácter bueno en el sentido más amplio de la palabra, siempre leal, directo y, sobre todo, sincero. Se hizo a sí mismo. Nunca escondía sus humildes orígenes en Sober y, con esfuerzo y trabajo llegó a ser imprescindible para entender la vida política y económica de Vigo en las últimas décadas.
Poco se puede entender nuestra ciudad sin su aportación y energía. Él nos enseñó a muchos a luchar, desde donde estuviésemos, por una ciudad viva, segura de sí misma y con una voz propia. Lo fue todo, concejal, diputado provincial, diputado, senador… pero, sobre todo, nos enseñó que a la política se iba a servir a los demás, a ayudar al bien común y a aplicar unos ideales. Deja grandes obras donde influyó decisivamente como la Ley Concursal o la Ley de Contratos del Estado entre otras. En lo suyo era una autoridad en el sentido estricto de la palabra. Sabía mucho más de lo que lo que los que le rodeábamos éramos capaces de entender. Pero, con todo, cuidaba a los que tuvimos el honor de convivir con él. No podía faltar al partido de los domingos en la playa del Vao con su querida peña Viento y Marea. Y disfrutaba sobre todo después del partido “haciendo la crónica”.  Y de los baños en la playa. 
En todo caso, querido Carlos, tengo que decirte que eres un afortunado porque tu familia, tu queridísima Soco, tus hijos y nietos te adoran. Por una simple razón; eran el motor de tu vida  Te vamos a echar de menos. Sigue vigilándonos allá donde estés.

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