Opinión

Literatura y sexo

Hace muchos años que escribo novelas, novelitas, antropologías y miles de artículos en varias páginas web y naturalmente el semanal en este periódico. La mayoría de mis novelas están en el idioma inglés y no hay una editorial en Galicia que me ha dado la hora del día, aunque algunos han ganado premios internacionales en el Reino Unido y los Estados Unidos. Incluso mis memorias como cónsul, traducidos al gallego cayeron en saco roto en la Nación de Breogán. Soy accionista de uno de ellos y, antes de la pandemia me mandaban invitaciones a las presentaciones cuando recorrían media Galicia en la librería de turno del pueblo o ciudad. Incluso hubo una editorial que presume de obras gallegas en inglés.
Me puse en contacto y me mandaron a freír churros porque lo que vendían eran traducciones de lo tradicional gallego, léase los clásicos como Rosalía de Castro, Castelao, Cunqueiro o Valle Inclán. Tengo entendido que dentro de algunas editoriales los estatutos exigen el idioma gallego como base. En fin, a lo que voy. Hace unos años, en la cafetería ‘detrás del Marco’ - ya cerrado - sitio donde solían presentar todo tipo de evento incluso presentación de libros recuerdo uno en particular sobre la novela erótica. Ante el público hubo varias autoras y un solo hombre que más bien dio un ‘espectáculo’ como acto de presentación. Cada una sobre su obra y como interpretaban la importancia del sexo en la novela. Había de todo, entre que era una novela de puro romanticismo con un poco de sexo para darle salsa y otros eran pornografía pura y dura. De todas formas, la cafetería estaba llena y la velada muy amena. Pero me hizo pensar sobre el tema y como sospecha mi mujer que cree que soy un ex espía de MI6 active el programa de mi cerebro de ‘investigación’ para poder escribir una novela erótica. El tema ya estaba en mi mente desde hace varios años, pero nunca profundice en cómo desarrollar el manuscrito. ¡Lo que destape al indagar en Internet sin necesidad de entrar en las páginas de porno! Ya saben a lo que refiero; desde la época de Adán y Eva. Lo primero que descubrí es que el 60% de los/as lectores en el mundo son mujeres. Además, prefieren temas románticos y con finales felices. El segundo dato que descubrí era que hoy en día la proliferación de este tipo de novela incluye mucha salsa erótica. O sea, un dos por uno.
 Creo que un gran sector del público ha leído o hasta visto la obra ‘Cincuenta sombras de Grey’ que está llena de escenas eróticas. El primer elemento que separa pornografía de erotismo es el tema. Pornografía es la descripción textual del o los actos sexuales sea como sea mientras que el erotismo supone historias de varios tipos que pueden ser abstractos (Kama Sutra) de amor (muchos), de violación (‘Acusados’ con Jody Foster), de adulterio (‘Unfaithful’ con Richard Gere), masoquista (la de ‘Grey’). En el caso del mío la idea fue romántica truncado por una enfermedad inesperado eventualmente causando adulterio y finalmente arrepentimiento. El siguiente paso era la importancia de la parte erótica. ¿Era esencial para la novela o simplemente un añadido? ¿Tenía que ser repetitivo, que aparece cada segundo capítulo o solo como parte singular en uno que otro párrafo? Otro aspecto era hasta qué punto se podía llegar a describir el acto sexual sin que sea estúpida, ofensiva o aburrida. Por fin lo acabé, publicado y ha recibido elogios. Esta presentada a concursos internacionales (USA y Reino Unido), esperando los resultados en marzo. Continuara…’

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