Opinión

Faltan cinco días

Y será la última nota de este año sobre la desgracia del divorcio definitivo del Reino Unido de la Unión Europea. Ese cacareado tema conocido bajo el nombre de BREXIT que no es más que un juego de dos palabras inglesas, ‘Britain’ (Gran Bretaña) y ‘Exit’ (Salida). Pero comencemos por lo menos con una aguada buena noticia. Según la prensa británica parece que Johnson afloja las riendas y puede que haya por fin un tipo de acuerdo 'provisional' incluido lo de la pesca antes de las navidades. Aún debe ser aprobado 'totalmente' por el Parlamento Europeo a principios del 2021. Supongo que no habrá problema. De todas formas, no cambia para nada, los futuros obstáculos detallados en mis anteriores notas en este periódico. Las nuevas demoras serán, de corto plazo, otros de medio (unos 6 meses, más o menos) y el resto será permanente de acuerdo con lo que he estado explicando durante mas de un mes. El follón de los puertos sigue en pie. Naturalmente el nuevo horror del COVID-19 no ayudara para nada lo que será el supuesto periodo de transición cuando se ratifique la firma del divorcio. Vayamos por partes. El corto plazo que es inmediato, a las 0:01 horas, 1 de enero, 2020 será una verdadera incógnita. El momento que se pulse el botón ‘rojo’ entrará en vigor todas las fases de la nueva era de una Unión Europea sin el Reino Unido relacionadas, todas con lo que he estado predicando durante meses. ¡El fin del libre movimiento de personas! Esto incluye, el control de la inmigración que a su vez influye en el transporte. Piensen por un momento en los funcionarios de aduana e inmigración en ambos lados del canal, que tienen que usar su ‘enciclopedia’ con los nuevos detalles en forma de cuestionario/formulario de los requisitos para entrar y salir. Os recuerdo estimados/as leyentes/as del tema de los detalles de la imposición de cuotas y visados que entraran en vigor. Todo europeo que quiera viajar al Reino Unido, salvo viajes de turismo debe tener un visado. Es un nuevo incordio para todos los ciudadanos europeos. Una vez superado esta primera etapa, pasaremos al medio plazo y con un aire de optimismo, el flujo de personas dependerá ya de otros factores, en especial lo relacionado con el desarrollo del COVID-19 y el estado mundial de la economía. Con optimismo, el papeleo y la burocracia se habrá convertido en rutina. Finalmente, el largo plazo durara décadas y es como tratar de pronosticar el futuro del mundo. Lo seguro es que nada volverá a ser como antes, cuando los británicos disfrutábamos de una verdadera relación privilegiada como europeos. Nuestras vidas habrán cambiado para siempre. ¿Y los europeos? Quien sabe. Al no ser que comiencen a formarse nuevas grietas de rotura, todo volverá a su cauce, como la famosa película de Berlanga, ‘Bienvenido Mr. Marshall.’. Al Reino Unido que le den morcilla. Que pasen unas buenas fiestas, lo mejor posible y nos vemos en el 2021.

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