Cartas al director

los autobuses odiados

Lo de la huelga de autobuses en Vigo ya está pasando de castaño oscuro. No tengo ni idea de por qué la están haciendo, pero tengo entendido que ya les han ofrecido el oro y el moro y siguen en sus trece. Están en su derecho de seguir haciendo huelga y no volver a cobrar en lo que les queda de vida laboral. Que, por cierto, deben de ser multimillonarios, porque ya van a hacer cuatro o cinco meses que llevan sin nómina y cualquier españolito medio sin cobrar durante casi medio año puede estar subiéndose por las paredes, pero a estos parece que les sobra la pasta para permitirse el lujo de no trabajar. Pero allá ellos. 

Lo que no es de recibo es que todos los días de la semana tengan que paralizar la ciudad durante un par de horas incordiando a los que sí queremos trabajar porque necesitamos cobrar a final de mes. Los ciudadanos no les hemos hecho nada, y si se creen que con eso vamos a presionar nosotros a los políticos para que cedan en sus reivindicaciones, lo llevan claro, porque unos días de huelga se pueden tolerar, cinco meses no. Que les quede muy clarito que los odiados son ellos, no los políticos (que también, pero por otros motivos). 

Al fin y al cabo, el servicio de autobuses municipales en Vigo siempre ha sido lamentable, casi nadie se puede permitir el lujo de ir en transporte público porque ni frecuencias, ni destinos, ni eficacia, ni líneas suficientes hacen que puedas utilizar el autobús si tienes que ir a más de un sitio al día. Sólo pueden permitirse ese lujo la gente mayor y los estudiantes, los que tenemos que ir a currar, a hacer la compra, a llevar a los niños al colegio y hacer gestiones varias no podemos hipotecar el día esperando al autobús.
Y otra cosa que me llama la atención es ¿para que sirven las paradas de autobús? ¿aparte de para quitar aparcamientos a la gente? Porque un autobús no aparca en la parada jamás. No tienen inconveniente en interrumpir el tráfico, ellos están por encima del bien y del mal. Son los amos de la ciudad.

No sé quien le tiene que poner solución a este conflicto, pero las autoridades podían empezar por no autorizar las manifestaciones por el centro.