Cartas al director

Mamá, no me mates

n  n  n Es aberrante que en pleno siglo XXI tengamos que luchar contra los poderes públicos para intentar salvar vidas humanas y también neutralizar el despotismo de estos poderes para mentalizar las conciencias del pueblo, haciéndoles creer que matar a un niño, según el sitio dónde se halle, es un derecho en vez de un asesinato. El próximo domingo 10 de marzo, tenemos la oportunidad de manifestarnos en Madrid para decirle al gobierno que ningún asesinato puede ser un derecho de nadie.
Es monstruoso que una madre condene a muerte a su propio hijo y, a cambio, reciba el aplauso de los malnacidos políticos, que, en su mayoría, desprecian la vida al consentir los abortos. Pero además, tan malnacidos que si tú intentas salvar una de esas vidas condenadas a ser asesinadas, aunque solo sea con la oración, te verás en serios problemas con el poder del Estado.
Toda vida humana, lo admitan o no los políticos, debe ser respetada y protegida, legislen o no contra ella. No hace falta recurrir a los Derechos Humanos, en los que se declara que “todos los seres humanos tenemos derecho a la vida y la seguridad personal”. ¿Por qué a un ser humano no nacido lo pueden descuartizar? Es horrible que una sociedad admita semejante barbaridad, naturalmente seducida por los gobernantes, y que la propia madre opte por eliminar vilmente a su hijo. También declaran los Derechos Humanos que “nadie será sometido a torturas”; ¿se imaginan las torturas que soporta el niño que descuartizan en el seno de su madre…?