Cartas al director

los políticos españoles y sus pactos de la vergüenza

 La vida política en nuestros años de democracia está llena de traiciones y componendas que aliñaron con sus corruptelas. Nos engatusaron que, buena parte de aquello, era para preservar la naciente democracia y hacerla más sólida, útil y comprensible, así nos lo vendieron los dos grandes partidos (PP y PSOE), pero la realidad nos saca de dudas. Durante cuarenta años los dos se dedicaron a cavar su propia tumba y pretenden que, sin chistar, los acompañemos en ese viaje sin retorno. Lo que hoy aflora es su corrupción sistémica, la misma que aparentemente revisten de progreso y alardean algunos de ser progresistas, pero la realidda es muy distante. Están demostrando que son enemigos jurados del progreso en libertad, atacándolo y sin piedad al progreso para llevarnos a la miseria, apoderándose de nuestras propiedades y entrañas, para entregarnos en cuerpo y alma a los placeres destructores que producen sus engaños y componendas. La realidad los desenmascara y hace dudar a la ciudadanía que exige hoy explicaciones y rectificaciones urgentes, ya que corre serio peligro nuestra democracia, la supervivencia e integridad territorial y moral de nuestra propia patria.
Filesa, Rumasa, los GAL, roldan y los ERES de Andalucía ya están olvidados y sin castigo. Le siguió Bárcenas, la Gurtel y la Púnica que si lo tuvieron y su coste fue una moción de censura a Rajoy, que llevaría a Sánchez y sus bands¡as a tomar el país por salto y a la sombra de una terrible pandemia para gobernar por decreto y someter a todos los españoles a un toque de queda ilegal, para imponernos su ideología política, con su ingeniería social corrupta, conjuntamente con la deriva imperante hoy en la Comunidad Europea donde allí mandan una logia cómplice y sus albaceas, los ecologistas, animalistas, separatistas y anarquistas, comunistas, con su agenda 20-30, que nadie sabe que persigue, pero la ciudadanía si lo siente y padece, y nada bueno presagia, cuando la dirigen unos comunistas y terroristas fingiendo ser demócratas, otro engaño más.
Mientras tanto nuestros agricultores, ganaderos, transportistas, pescadores y autónomos, se sienten abandonados y humillados. Así están tomando las calle para exigir responsabilidades por los destrozos causados que amenazan su presente y futuro, en libertad para subsistir en el tiempo y crear riqueza con su trabajo y esfuerzos.
Lo que hoy se está destapando en España tiene unas dimensiones de Tragedia Griega, y puede llevarse por delante nuestra democracia, la que este desgobierno y sus bandas de cómplices están tratando de acorralar y someter a su dictadura comunista. El PP tiene que hacer inmediatamente una reflexión de su eterno concubinato, donde se impuso el 'tú más' para ir tapando sus escándalos con los de otros, como el que hoy ya aflora. Tal vez la aparición de VOX los está desconcertando y sorprendiendo a todos con su trabajo en aquellas comunidades donde ya hoy es co-gobierno conel PP y se palpa el cambio para mejor. Pero alguien se empeña en torpedear la realidad para seguir a los asesores estrella camuflados y trepadores a sueldo. Es la  hora de la verdad para el PP, la ayuda que hoy le está ofreciendo VOX no es gratis y le obliga a regenerar sus filas para enfrentar la realidad que durante muchos años ignoró.
Quienes a todo ello se oponen dentro del PP están cavando su propia tumba, al tratar de ignorar lo sucedido y satanizando a VOX, lo que algunos dirigentes pretenden hoy hacer, llenos de soberbia y como buenos vasallos quieren que olvidemos el cómo y con ayuda de quién. Rescatamos las Comunidades Autónomas de Andalucía, Madrid, Castilla y León, Murcia, Valencia, Baleares y Aragón, conjuntamente con cientos de ayuntamientos y diputaciones. La derecha española en su conjunto debe rescatar inmediatamente su sentido común y la amistad, y con ello sus valores y principios morales y éticos, o arriesgarse a morir en el intento.
Yo rescataría un párrafo del libro de Arcadi Espada sobre los pactos de la vida política española. Se pueden calificar con toda justeza y asombro como los de la Inmaculada Concepción, aunque menos para esa íntima confesión de beatos, negándose a regenerarse. Los descuidos de ayer son nuestra penitencia hoyl