La concejala de Medio Ambiente, Chus Lago, aseguró que en estos dos arenales la convivencia con las mascotas en verano es menos perjudicial y afirmó que este tipo de espacios tiene que existir
A Calzoa y Foz se estrenaron este verano como playas abiertas a perros, lo que provocó el rechazo entre algunos vecinos y grupos ecologistas que alertaban de posibles daños al ecosistema. Ayer, finalizada la temporada de verano, la concejal de Medio Ambiente, Chus Lago, hizo una valoración positiva de la experiencia. “No puede haber perros en todas las playas y la selección es muy complicada; tanto en A Calzoa como en Foz, la presencia de perros resulta menos perjudicial”, afirmó en comparecencia ante los medios.
En una primera valoración del informe de la concellería sobre la presencia de aves en la costa, Lago reconoció un descenso en el número de ejemplares, pero rechazó cualquier relación con la llegada de canes: “No hay datos que indiquen mortandad relacionada con los perros, esta reducción se debe a la gran afluencia de usuarios, que provocan que no se posen en la arena”. La edil señaló que hay que para que se abra un espacio de este tipo a las mascotas tiene que cumplir unos requisitos mínimos: No ser zona de marisqueo, disponer de buenos accesos y que sea apta para la limpieza mecánica. “Entre el 90 y el 95% de las playas viguesas no cumple estas condiciones”, reconoció.
Además, la Consellería de Medio Ambiente acaba de establecer unas zonas de protección por su interés medioambiental en las rías de Vigo, Pontevedra y Arousa; una lista en la que los arenales de A Calzoa y Foz están excluidos. Chus Lago insistió en la necesidad de que existan esta clase de espacios para el esparcimiento animal: “Hay cinco mil personas reclamando desde hace años playas para perros, hay que compatibilizar todos los intereses; esta solución puede ser mejorable, pero yo, con las limitaciones que hay, no puedo hacer más”, reconoció la concejala.
