Cardiología del Cunqueiro abrió una consulta virtual para controlar el colesterol

La cardióloga clínica del Hospital Álvaro Cunqueiro, Marisol Bravo.
photo_camera La cardióloga clínica del Hospital Álvaro Cunqueiro, Marisol Bravo.
Actualmente, atienden unas 50 consultas al mes y se lleva a cabo con pacientes que tuvieron una hospitalización por sufrir un infarto de miocardio o una angina de pecho

La unidad de Rehabilitación Cardiaca del Álvaro Cunqueiro abrió una consulta virtual para controlar el colesterol en pacientes que han tenido un infarto de miocardio o una angina de pecho y que está teniendo buenos resultados. En este momento atienden unas 50 consultas al mes.

Este fue uno de los asuntos que se abordaron en el V Simposio de Innovación en Cardiología, que se acaba de celebrar en el Cunqueiro y que organizaron los cardiólogos Andrés Íñiguez y Víctor Jiménez con la participación de 500 personas en forma presencial y virtual.

La ponencia fue presentada por Marisol Bravo, que es la coordinadora de la unidad de Rehabilitación Cardiaca y prevención de riesgo cardiovascular.  También es coordinadora del Comité de promoción para la salud de la Fundación Española Del Corazón y da clase en el grado de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Vigo.

Se trata de una consulta complementaria y no excluye las consultas presenciales que necesita el paciente. Esta fórmula nació a raíz de la pandemia cuando los hospitales se vieron obligados a realizar consultas telefónicas para que los pacientes no tuvieran que desplazarse al hospital y evitar contagios. Es una herramienta que se mantiene solo en casos como la consulta de colesterol, en la que ya se ha explorado y evaluado al paciente y solo es necesario ver una analítica, dar un resultado y ver si continúa con el tratamiento o requiere otro.

La iniciativa mejoró el control analítico de los pacientes con las consecuencias que conlleva. “La evidencia científica demuestra que este control se relaciona de forma directa con un mejor pronóstico, con la ocurrencia de menos reinfartos de miocardio y menos reingresos hospitalarios”, apunta.

 Funciona para personas que ingresaron en el hospital por un infarto de miocardio o una angina de pecho. Cuando se van de alta con una analítica que deberán extraerse en su centro de salud. En la siguiente visita en consulta con el cardiólogo se pueden ver los niveles de colesterol con el tratamiento proporcionado al darle el alta y evaluar si es necesario cambiarlo. En este último caso se le solicita una nueva analítica en el centro de salud y le dan una cita telefónica (virtual) para comentar el resultado on el paciente y evitar un desplazamiento innecesario al hospital. “Sabemos que en estos pacientes es muy importante controlar el colesterol cuanto antes y reducir las cifras de colesterol LDL (“colesterol malo”) al menos en un 50% y además que sus cifras lleguen a menos de 55 mg/dl, para optimizar la evolución del paciente. Este control suele ser muy difícil de alcanzar en la práctica clínica y es por este motivo que se ha implantado esta consulta virtual para buscar un mejor control cuanto antes”, explica.

Las exigencias para estos pacientes son mayores que para la población sana.  Tras un infarto “buscamos niveles de LDL colesterol menores de 55 mg/dl, mientras que en una persona sana podríamos conformarnos con unos niveles de hasta 116 mg/dl. Por eso muchas veces un paciente se sorprende de que antes del infarto su médico de atención primaria le dijera que tenía el colesterol bien, y era verdad, pero una vez que tiene un infarto de miocardio debemos ser más estrictos para tener un mejor resultado y evitar que pueda repetir un infarto de miocardio”.

“El 50% de los pacientes dejó de fumar con medicación y seguimiento telefónico”

Rehabilitación Cardiaca desplegó un programa de deshabituación tabáquica para sus pacientes y para otros derivados de Cardiología del Cunqueiro, como la unidad de Insuficiencia Cardiaca, entre otras.

Al frente de este programa está la enfermera Concepción Abreu. El primer paso es una consulta en la que también participa el cardiólogo y en la que se hace una valoración completa del paciente. Le explican la relación que tiene el tabaco con su enfermedad, cómo funciona la dependencia tabáquica y las posibles acciones a realizar. En función de la disposición para afrontar la deshabituación y las necesidades de apoyo que manifieste el paciente se establece un protocolo que abarca desde el seguimiento telefónico a consejos de cómo afrontar la abstinencia o la pauta de tratamiento farmacológico.

La deshabituación tabáquica se introdujo desde que se creó la Unidad de Rehabilitación Cardiaca porque, según Concepción Abreu, “el tabaquismo está considerado uno de los principales causantes de enfermedades del corazón”.

La unidad analizó en fecha reciente un grupo de 100 personas y encontró que el 50% había dejado de fumar. Asegura que “el hacer un seguimiento telefónico facilita las cosas porque permite tener contactos más frecuentes sin obligar a las personas a desplazarse”. Además, son pacientes motivados. “El hecho de tener una enfermedad cardiológica actúa de aliciente para que las personas se convenzan de la necesidad de dejar de fumar, facilitando el cese, aunque hay un porcentaje de personas que se resisten a despedirse de ese 'amigo' de toda la vida”, reconoce.

Preguntada por las dificultades, señala que hay personas que se despiden con facilidad de un hábito de más de 40 años, pero para otros es un “proceso arduo con picos y valles”. En su opinión, “es determinante el convencimiento personal de la necesidad de dejar totalmente el tabaco, porque con el apoyo farmacológico y profesional adecuado tiene muchas posibilidades de conseguirlo. Cuando uno afronta el cese desde la obligación es más complicado”.

“Comer sano, ejercicio diario y evitar el tabaco son la clave”

¿Cuáles son las causas del colesterol? ¿Cómo se puede concienciar?

Existen básicamente dos fuentes de colesterol, una procede de lo que comemos, que cuanto más sano sea mejor, es decir con pocas grasas de origen animal, fomentando más el consumo de vegetales y pescado. Otra de las fuentes del colesterol es su producción en el hígado, que es independiente de lo que comamos, y que es sobre todo en al que más actúan los fármacos. Es crucial concienciar de la importancia de una vida sana desde la infancia y, en este sentido tanto el núcleo familiar como la escuela son un buen punto de partida. Desde la Fundación Española del Corazón estamos arrancando un proyecto llamado “Cardioescuelas” en el cual se pretende llevar a cabo este propósito vehiculizado y apoyado con la Consellería de Educación, proyecto en sus inicios.

¿Se trata de lo que comemos o también del ejercicio?

Para llevar una vida sana se debe fomentar comer sano: más vegetales, evitar grasas de origen animal que están sobre todo en las carnes rojas, comida procesada y ultraprocesada, bollería industrial, y lácteos enteros. Además, hay que complementarlo con ejercicio físico regular, un ejercicio moderado como caminar a buen ritmo durante unos 30 minutos diarios, al menos, y esto practicarlo un mínimo de 5 días a la semana, o incluso a diario. Ni qué decir tiene que además es fundamental hacer una vida en un espacio libre de humo del tabaco, no solo no fumar, pues el humo llamado de “segunda mano o de tercera mano” también hace daño para la salud.

¿Qué dolencias provoca?

Existen hipercolesterolemias familiares, algunas de ellas graves que se presentan ya desde la infancia, pero que por fortuna son poco frecuentes. La hipercolesterolemia está detrás de muchas enfermedades y acaba produciendo daños serios como  infartos de miocardio, angina de pecho, ictus, arteriopatía periférica (obstrucción de las arterias de las piernas que cuando llega a ser muy grave puede incluso requerir de amputación), etc. La buena noticia es que a día de hoy se dispone de muchos tratamientos para reducir el colesterol, en caso necesario, pero lo mejor como siempre es prevenir.

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