El Gobierno de Portugal aprobó ayer las normas que regirán en todo el país a partir del 15 de septiembre, en el marco de un estado de contingencia que limitará las reuniones a un máximo de diez personas y limitará los horarios comerciales, con reglas más estrictas para Lisboa y Oporto. El primer ministro, António Costa, explicó que a partir del martes se extenderán a todo el país gran parte de las medidas que hasta ahora solo regían en Lisboa y Valle del Tajo, la región de Portugal que más casos de covid-19 acumula desde el inicio de la pandemia.
Entre las medidas adoptadas figura el establecimiento de nuevos horarios para la apertura y el cierre de locales, la prohibición de público en instalaciones deportivas o el veto a la venta de bebidas alcohólicas a partir de las 20.00 horas, a excepción de restaurantes. Costa advirtió de que el Gobierno podrá especial énfasis en la prevención de contagios en las áreas metropolitanas de Lisboa y de Oporto, donde se establecerán condiciones más estrictas para volver al puesto físico de trabajo.
“el mayor bien, la vida"
El primer ministro, que descartó que las restricciones lleguen al nivel de marzo y abril, incluyó dentro de las "líneas rojas" con las que trabaja el Gobierno el dato de fallecidos. "No hay mayor bien que la vida", ha subrayado. También señaló que se tendrá en cuenta el nivel de ocupación en las unidades de cuidados intensivos, si bien sostuvo que Portugal nunca ha estado en una "situación límite".
Además, advirtió de que tampoco se puede llegar al punto de cerrar de nuevo los colegios. El Gobiernoacordó que haya un máximo de cuatro personas por grupo en restaurantes situados a menos de 300 metros de un colegio.
